lunes, 17 de septiembre de 2018

TRISTES NIÑOS TRISTES


¿Qué deberíamos hacer para que no le pese tanto la tarde o la vida o la tristeza que se le ha clavado tan dentro que no es él? La mayoría de las fotografías de niños tienen que ver con la risa, el asombro, la curiosidad, la concentración en sus juegos, pero esa pose de amargura y tristeza aunque, por fortuna, es menos frecuente, no estará de más dedicarle unos minutos de contemplación y hasta donde la reflexión lo tenga a bien.
Primera reflexión: No todo en la infancia es de color de rosa y la mejor de la patrias. La inseguridad, los miedos a la oscuridad y a los mil y un demonios y hombres del saco hacen que esa etapa primera de la vida no vaya acompañada de la felicidad que como tópico socorrido se cuenta sin demasiado fundamento a veces.
Segunda: Su tristeza es una de las sensaciones más dolorosas e inquietantes para los adultos, quienes se sienten impotentes y perdidos al ver cómo se rompe la tarde en mil pedazos y mete miedo en el corazón de la noche.
Tercera: Tristes niños tristes y tristes niñas tristes que siguen mascando su angustia avergonzados, ya adultos, de los abusos, agresiones y violaciones recibidas por curas y no curas, familiares y no familiares, algo que avergüenza a las piedras y a las estrellas. Su tristeza tiene tanta fuerza que desarma al más duro y resistente, además de generar inquietud y ansiedad difíciles de sobrellevar.
Cuarta: ¿Cómo serían las noches de ese campamento de niños de Nuevo México que sus captores y diseñadores les instruían para disparar en colegios? La policía ha rescatado a 11 menores y el sheriff del condado lo definió así: “Las condiciones de pobreza más tristes que he visto en mi vida”. ¿Cómo serían su tristeza y su pobreza? Y cómo siguen siendo, porque el infierno no está en el más allá, sino en el más acá, aquí y ahora, creemos muchos. Solo necesitas leer algún reportaje sobre los niños soldados, sobre la pederastia o los niños refugiados para ponerte de nuestro lado, si es que no lo estás.
Quinta: ¡Ojo con los castigos a los menores! Están en una edad difícil, extremadamente frágil que debemos respetar al máximo y pisar su territorio con los pies descalzos. Ya tendremos tiempo de pedirles respeto a los mayores y exigirles esfuerzo, coraje y responsabilidad. Ahora bastante tienen con lo suyo, al menos el chaval de la imagen. Le pase lo que le pase, su tristeza duele.

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