lunes, 19 de diciembre de 2016


LA HUMANIDAD DE QUIENES NO SON HUMANOS

Siempre me llaman la atención los mendigos que, apenas si tienen algo para comer, y se acompañan de perros o gatos a quienes no parece faltarles nunca algo que llevarse a la boca, porque no están famélicos.
Esta imagen me ha llamado, no diré “poderosamente la atención”, que no me gusta ese adverbio tan manido, sino que me ha obligado a detenerme y me he negado a pasar página a toda prisa, tanta es la hipnosis que produce la mirada entre apagada y potente y la sonrisa de una felicidad que viene de su larga experiencia vital. ¿Será que se conforma con casi nada? ¿Que solo le sobra para ser inmensamente feliz una leve caricia de un animal de compañía que le da calor entrañable y honda ternura que no encuentra en la calle de los humanos?
Se la ve loca de alegría, simplemente porque el gato le hace una caricia, la besa sin ninguna prisa y le pasa la lengua por la cara como solo los perros o los gatos saben hacerlo, con una entrega total y fiel.
La envidio por esa entrega suya también, porque me acuerdo de las dos perras que tuve, Linka y Luna, ellas se portaban conmigo de igual forma, pero yo como soy un poco melindres y asquerosillo no permitía sus besuqueos. Las dos distinguían a la perfección mis cortas y largas ausencias: cuando era una tarde, nada más, casi no se inmutaban, pero cuando la ausencia era más de dos o tres días, el recibimiento era de auténtica locura en cuanto a aullidos que no solían dar, vueltas alrededor y un sinfín de deseos de estar a mi lado, felices de que les hiciera caso, les diera todo tipo de caricias y arrumacos y de que había vuelto y de nuevo estaba a su lado.
Ah, y no te pierdas las dos miradas: la de la vieja es media mirada porque la otra media camina hacia sus adentros para saborear mejor el instante de felicidad que la embarga. La del felino va dirigida, toda ella, hacia su dueña, porque con sola tenerla y que se deje acariciar todo lo demás huelga, porque tiene la menor importancia. ¡Ah, la humanidad de quienes no son humanos y las lecciones que no acabamos de aprender quienes nos creemos los reyes de la creación y del mambo!

1 comentario:

Carmen Cubillo dijo...

Bella imagen, expresión feliz, parece que con bien poco, tienes razón. Mis mejores deseos para estos días y siempre.