jueves, 13 de octubre de 2016

COMO BORRICOS



¡Qué pena! ¿verdad?, porque están demostrando ser más borricos que los asnos famosos de la fábula-viñeta que hemos contemplado con deleite mil veces y no sé si aprendido la lección.
Pena, penita, pena, porque con frecuencia nos aventajan las bestias al usar su instinto como si de una buena forma de pensar se tratara, mientras que nosotros muchas veces usamos la razón a base de coces y escupitajos. Los dos burros se cansan de tirar en dirección contraria, hasta se zurran de lo lindo con sus lindas patas, y ya hartos, se sientan a reflexionar, en el estómago les están apareciendo rabiosas mariposas, alguna solución habrá a este dilema, parecen decirse, y casi-casi sin darse cuenta se ponen a comer, como buenos colegas, el montón de la izquierda, que sabe a gloria bendita, y cuando lo terminan pasan con la satisfacción que les sale por las orejas al montón de la derecha.
Pero demos marcha atrás: ¡Qué pena da ver a la vieja no dando el brazo a torcer, como más de una vez le dijeran precisamente lo contrario sus padres y sus maestros!, y se ha tenido que dar cuenta de ello en su larga experiencia, de que sin ceder no se va a ninguna parte: aprender a pactar, aprender a ceder, no endurecer ni los discursos ni los insultos... ¿no ves cómo, por no saber hacer ni lo uno ni lo otro estamos donde estamos en la situación calamitosa actual de nuestro país?
¡Qué falta de respeto, sí, por parte de la mujer hacia el joven!
Y qué falta de consideración y respeto por parte del joven airado sin causa. ¿No le dará vergüenza? Y eso que va de yupi y de ejecutivo encorbatado y bien trajeado. Claro que los buenos modales y el buen uso de la razón nada tienen que ver con la vestimenta y el uso de colonia exquisita. ¿De quién habrá aprendido esa manera de comportarse? ¿Se darán cuenta del papel que están haciendo? ¿Llegarán a buen puerto? ¿Sabrán parar, usar el cerebro y medir el grado de aberración al que han llegado? ¿Sabrán dar marcha atrás y poner sobre la mesa lo mejor de cada cual y echar a la hoguera los malos modos y la estupidez en la que han caído? ¿Sabrán levantarse y ponerse de pie de forma civilizada?
Sepan, sepamos, que nos va la vida en ello: el ejemplo necesario de toda una señora, el buen hacer imprescindible de todo un caballero.
Como borricos... y que me perdonen los asnos.


No hay comentarios: