martes, 16 de agosto de 2016

AMAMANTAR EN PÚBLICO




Hay que tener el alma retorcida y la piel de todos los hipócritas y débiles mentales que en el mundo han sido para escandalizarse de esta imagen y acosar cuando alguna madre ejerce una de las más hermosas y entrañables tareas como ésta, aun en público. Y hay que tener las neuronas desquiciadas al por mayor para tomarla con una mujer, Jessie Maher, para más señas, cuando en un Centro Comercial de Estados Unidos, gritando e insultándola, de esta manera tan soez: Lo que estaba haciendo era “repugnante”, cuando una inmensa mayoría piensa, creo yo, que el repugnante era él. Eres una “asquerosa”, se atrevió a decirle añadiendo tres veces, tres, de nuevo “repugnante” para finalizar la faena con la que algunos la sueltan con demasiada facilidad: “puta”.
Por fortuna fueron muchos los que se acercaron y la defendieron: "No debes sentirte avergonzada por alimentar a tu bebé. Es él quien tiene que marcharse si no le gusta", dijeron las mujeres que se acercaron para tranquilizarla. ¡Bravo! Y bienvenidas las manifestaciones de muchas mujeres solidarizándose con esta madre y reivindicando el hecho más natural del mundo y de afectos múltiples. Y bienvenidos los hombres, quiero entender que muchos, yo entre ellos, a los que se nos llena la sangre de ternura, y nos hace recordar a nuestras madres, hermanas, esposas y amigas dando de mamar con una sensibilidad maternal a flor de labios que no debería sernos ajena. Que se haga en privado o en público, qué más da, la inmensa mayoría de mujeres lo sabe hacer con exquisita corrección y no pueden entender por fortuna la mala bilis de la hipocresía y el uso de la sinrazón.
Estando en estas descubro en las Redes esta primera viñeta que le viene como buen anillo al mejor dedo:



Pues claro: es irritante cómo estamos mirando para otro lado en los asuntos que deberíamos contemplar detenidamente y comprometernos y la armamos con los aspectos a respetar más que todo lo sagrado, me refiero a esto y al derecho que tienen los homosexuales a serlo, a cambiarse de sexo si es lo que te pide todo tu cuerpo y toda tu alma, a no cambiar de pareja hasta que la muerte nos separe o a elegir otra si crees que debes hacerlo, a ser de izquierdas o de derechas y que nadie te insulte por ello, a creer o a no creer en nada, y que todo el mundo de un lado y del otro lo respete. Y si algo no te gusta, lo tienes bien fácil: mira para otro lado, pero no pongas tus sucias manos en la piel hermana de los otros. Y si quieres algo más duro a ver si tumba tu delicada mirada, ahí va esa segunda viñeta:

Nota no tan al margen:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dictaminado que “darle pecho” a un bebé, en público, es un derecho tan natural como el de arrullarlo o jugar con él. De esta forma ha creado una campaña que tiene como objetivo concientizar a la sociedad a eliminar el pudor y permitir alimentar a sus hijos en restaurantes, autobuses, tiendas, en la calle y otros lugares comunes.

1 comentario:

Carmen Cubillo dijo...

Imagen preciosa, interesantes reflexiones.