domingo, 14 de septiembre de 2014

LA NUBE Y LA JAULA



1ª lectura

Así, para la historia. Con un antes: navegando ligera de equipaje al aire de los vientos del norte, hasta quedar atrapada para inmortalizar el instante. Esta imagen, quizá por lo similar, me ha llevado a la paloma equivocada de Alberti, que por ir al norte se fue al sur, mas la realidad pudo con la ficción en ambos casos; y la nube, éste es el después, al segundo de quedar prisionera, continúa libre su viaje por las praderas de los altos cielos, como la paloma del poeta gaditano que terminaría yendo adonde siempre quiso ir.

2ª lectura: Monólogo de la nube

No te creas lo que estás viendo, porque te confundes. Lo que ves tiene truco. Yo nunca estuve prisionera en una jaula. No tuve que salir de esa cárcel porque nunca llegué a entrar. Creía inmortalizar el momento el fotógrafo y, aunque lo logró y hasta puede ser bello (es bello por la fuerza de la ficción) está basado en una mentira.
Por eso, en calidad de nube, te digo que cuidado con lo que ves y con lo que oyes. Y no olvides que las apariencias engañan y que nos han contado muchos cuentos. Permíteme que te susurre al oído con el poeta: “Yo no sé muchas cosas, es verdad. / Pero me han dormido con todos los cuentos. / Y sé todos los cuentos”.
¡Ojo!: Seguid contadores de cuentos y escritores de pro contándonos hermosos cuentos, que nos dan alimento y alas a nuestra imaginación, pero por favor, que no nos cuenten más cuentos los que no nacieron ni para ser escritores ni para ser contadores de buenas historias, porque no son más que contadores de patrañas. Hay diferencia, mucha diferencia.

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