domingo, 20 de abril de 2014

¡QUE SE NOS VA LA PASCUA! XXXVI


¡Que se nos va la Pascua, mozas,
Que se nos va la Pascua!
Luis de Góngora

Perdemos mucho tiempo en ocuparnos de aquello verdaderamente accesorio, me refiero a todo aquello que revolotea a nuestro alrededor, unos más, unos menos, porque existe una malsana curiosidad de estar siempre en todos los corrillos, cenáculos y foros, amén de todo lo que pasa en nuestro entorno en donde aunque no nos hayan dado vela en el entierro ardemos en ansias de estar interesados en lo que allí se cocina, olvidándonos de centrarnos en lo que estamos y con quien estamos.
Pasa con esa maldita costumbre, que ya es más que epidemia, de atender y estar ocupado y excesivamente entretenido con los móviles, y no digamos con los whatsapp, sin prestar la más mínima atención con quien se está, se conecta así con otros colegas o amigos lejanos y quizá cuando se esté con esos mismos se caiga en la misma falta de elemental cortesía y educación y conecten contigo. Se lo dije un día a un buen amigo, entre bromas y veras: seguro que cuando estás con ellas te dedicas a estar conmigo, o con otros, da igual. Y se pierde la ocasión de profundizar y disfrutar de la cercanía con los primeros y con los segundos. Pareciera como si lo que nos mueve es no estar donde hay que estar.
... Y pasa el tren y no estamos en la estación y lugar donde debemos hallarnos: saboreando, contemplando, degustando, acariciando, profundizando,...
Pasa... y dejamos en última y primera instancia el privilegio de aprovechar, degustar y vivir con intensidad el instante efímero e irremplazable. Y se nos va la Pascua, que decía el gran Góngora:
Letrilla que recrea el clásico Carpe diem y termina así:


Por eso, mozuelas locas,
Antes que la edad avara
El rubio cabello de oro
Convierta en luciente plata,
Quered cuando sois queridas,
Amad cuando sois amadas,
Mirad, bobas, que detrás
Se pinta la ocasión calva.
¡Que se nos va la Pascua, mozas,
Que se nos va la Pascua!


La sustancia del poema es la brevedad de la vida, tema y asunto en los que no acabamos de percatarnos porque andamos a brevas, llenos de cachivaches, atolondrados y mariposeando sin ahondar en lo que realmente merece la pena. Tal es así que hace unos días hice el firme propósito de enmendarme, y cantarme, al oído, con frecuencia: ¡que se nos va la Pascua...!, con Góngora; y con Whitman: No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas; y de nuevo con Góngora, el fabuloso soneto que comienza así: Mientras por competir con tu cabello; y con Garcilaso de la Vega, otro incomparable soneto que arranca con este verso: En tanto que de rosa y azucena; y con Francisco Brines, el poema que empieza con este verso: Estás ya con quien quieres. Ríete y goza. Ama, titulado: Collige, virgo, rosas de su libro, El otoño de las rosas; y todos bebiendo de los clásicos: Carpe diem de Horacio y virgo, collige rosas (recoge, doncella, las rosas) del poeta latino Ausonio, de donde vino todo lo demás.


A lo que íbamos, que hay que estar ocupándose del momento preciso, ahondando, respetando al que tenemos delante y dejar de mariposear tanto perdiendo triste y un poco tontamente el tiempo.

2 comentarios:

jubilación viene de júbilo dijo...

Bueno, Ángel, a parte de estar, desde mi fé, en plena Pascua Florida, siempre crucial,decisiva y feliz estoy plenamente de acuerdo con tu comentario.
¿Puedo añadir otros versos de Pedro Casaldáliga que abundan en el mismo tema?
Ahí van:

HABLEMOS DEL TIEMPO, HERMANO

Hablemos del Tiempo, hermano,
antes de sea ido
lo que pudo ser humano.
Antes de que sea en vano
llorar un día perdido,
un surco sin nuestro grano,
un canto sin nuestro oído,
un remo sin nuestra mano.

Hablemos de la tarea
de nuestra caducidad,
que es hacer que el Tiempo sea,
todo él, Eternidad.

Con cariño y, a tu manera y mi manera:Feliz Pascua

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Muchas gracias por seguir ahí, por los preciosos versos de Casaldáliga y por ese a tu manera y mi manera, que desde hace tiempo utilizo mucho desde el máximo respeto.
Un abrazo