A LA SOMBRA DE LOS MEJORES XXXII

EMILIO LLEDO, UN MAESTRO QUE ENSEÑA A PENSAR

“La economía es importante, pero es solo una parte. Hay que dejar que los muchachos, los cinco o seis años que están en la universidad, se entusiasmen con algo, que no se obsesionen con cómo ganarse la vida, ya se la ganarán o la lucharán. La obsesión por ganarse la vida es la forma más radical de perderla”.
Emilio Lledó

¿Cómo me hubiera gustado tener de profesor a este hombre? Ha cumplido 86 años y sigue teniendo la mente privilegiada de siempre. Afortunadamente he leído varios libros suyos que me siguen acompañando porque acudo con frecuencia a ellos.
El párrafo inicial es de hace unos días y pertenece a una entrevista realizada con motivo de una conferencia espléndida que dieron, a alimón, Amelia Valcárcel y él, y he querido comenzar con esa cita por actual y magnífica. Si desde el principio sólo estamos obsesionados por ganarnos la vida, no tanto como entusiasmarnos con lo que la misma vida nos ofrece, estamos perdidos.
Pero dejemos hablar al maestro en alguno de sus libros:

Tomo algunos párrafos que subrayé en su día de su libro, El epicureísmo, (Una sabiduría del cuerpo, del gozo y de la amistad) que ya el solo título (alargado) invitaba a devorar sus páginas. Cómo no entrar de lleno en jardín tan frondoso y virgen tras leer en las primeras páginas: “La filosofía de Epicuro intentó sentar las bases desde las que pudiera vislumbrarse un paisaje, nuevamente humano, para los ojos y un suelo más acogedor para el propio y maltratado cuerpo... Frente a la mística de las palabras vacías, de los consuelos imposibles, de los premios o castigos de otro mundo, para que los desgraciados se olvidasen de éste, Epicuro levantó la firme muralla de un mensaje revolucionario: la democratización del cuerpo humano, el apego a la vida y a la pobre y desamparada carne de los hombres...”

¿No te parece que esto ya invita a lanzarse al ruedo de una lectura atractiva, cien por cien, sin morralla, prejuicios y enseñanzas espurias?
Emilio Lledó, siempre que se propone hablar de lo más actual acude a los filósofos griegos y da en el clavo, haciéndonos degustar el pensamiento clásico y ofreciendo respuestas a los problemas actuales.
En los adentros nos encontraremos con este pensamiento querido para Epicuro sobre un tema de importancia y las reflexiones del profesor Lledó: la muerte, para decirnos abiertamente que nos acostumbremos a pensar, que “la muerte nada es para nosotros, por muy espantoso mal que sea, porque mientras nosotros somos, la muerte no está presente, y cuando la muerte se presenta, entonces no existimos. Por lo tanto es necio quien dice que teme a la muerte. Y el sabio, en cambio, ni rehúsa la vida ni teme el no vivir”.

Y de su último, Los libros y la libertad, sólo una perla, al menos para quien se ha pasado la vida tratando de acercarse a una buena definición sobre la cultura, este regalo:

“La cultura no es la existencia de lo que se suele llamar “bienes culturales”, sino nuestra presencia, ante ellos, nuestra posibilidad de ser alguien ante la herencia recibida y, sobre todo, nuestra posibilidad de hacer algo con ella”, que es la mejor, a mi gusto, por su rotundidad y su dinamismo, la reafirmación del yo respetando y celebrando la herencia recibida y la posibilidad de seguir creando. No somos sino seres inacabados, todo está por hacer, nada está concluido, continuamos nadando a favor del viento o contra corriente, desde el pasado que nos ha ido haciendo, el presente que nos enfrenta al espejo de la obra que va saliendo de las manos y el sueño del futuro que nos motiva y nos lanza hacia lo que va viniendo.