II
MANO
A MANO
- Ya
estoy aquí. Esta vez no he tardado 65 días, 1.560 horas y lo que sigue...,
dispuesto a alegrarte la vida, si es que me llega la inspiración.
- ¡Ay
qué alegría! Mi colega y compañera de
piso y cuaderno, cosida al lado como una lapa, rezuma aún de satisfacción. No
veas la envidia que nos está dando cada amanecer, en cuanto asoma el día,
parece como si solo ella tuviera derecho a existir, pavoneándose calle
arriba-calle abajo.
- Pero
aunque esté aquí ello no quiere decir que vaya a escribir, porque hay veces que
a uno no le sale nada.
- Cuentos,
cuentas vanas y torpes disculpas. Te diré, porque lo sé de buena tinta, que hay
escritores que lo tienen todo bien repensado, masticado o pulido cuando se
sientan a la mesa de su escritorio, pero
hay otros muchos que no tienen ni idea cuando se ponen frente a nosotras y solo
al ver nuestra desnudez se les enciende el instinto creador y nuestra soledad
les da alas a su imaginación y, en cuanto se ponen a escribir la primera
palabra, que quizá han oído o leído o recordado, llega en tropel una nutrida
bandada de palabras en orden y concierto,
que para eso son escritores, se les sube la fiebre a las neuronas más activas y
ya no hay quien los pare.
- Mucho
sabes tú.
- Algo
tenía que hacer, que no se está nada bien cruzada de brazos, y como sueñas
tanto en el encuentro con quien se digna pasear por aquí, una le da, dale que
dale, al oficio de pensar con la idea de ponérselo fácil al que llega y, apenas
sin esfuerzo, nuestra soledad y nuestro pozo vacío de susurros y manantiales afloran
y es cuando mucha gente se acomoda y puede escuchar sabias melodías y beber en fuentes de aguas limpias y casi-casi
cristalinas.
- Está
visto, no hay nada como escuchar a quien ha sabido estar mucho tiempo callada,
como tú, y está claro que vuestro silencio es elocuente y vuestra soledad
invita a quien pasa a vuestro lado a conversar y contar hermosas historias.
- Pues
claro, y si te asomas a la calle y pones oído atento a lo que bulle, no sería
necesario estar esperando tanto a eso que llamáis inspiración, ¿no te das
cuenta de que no habría páginas en blanco en el mundo entero capaz de acoger
todo lo que estalla en cada mente
humana vapuleada por tanto tsunami
actual? ... Pero no sigas, porque ya no hay más sitio... ah, por favor, no
tardes en volver.
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