martes, 9 de julio de 2013

CINCO PÁGINAS EN BLANCO A LA ESPERA



II

MANO A MANO

-  Ya estoy aquí. Esta vez no he tardado 65 días, 1.560 horas y lo que sigue..., dispuesto a alegrarte la vida, si es que me llega la inspiración.

-  ¡Ay qué alegría!  Mi colega y compañera de piso y cuaderno, cosida al lado como una lapa, rezuma aún de satisfacción. No veas la envidia que nos está dando cada amanecer, en cuanto asoma el día, parece como si solo ella tuviera derecho a existir, pavoneándose calle arriba-calle abajo.

-  Pero aunque esté aquí ello no quiere decir que vaya a escribir, porque hay veces que a uno no le sale nada.

-  Cuentos, cuentas vanas y torpes disculpas. Te diré, porque lo sé de buena tinta, que hay escritores que lo tienen todo bien repensado, masticado o pulido cuando se sientan  a la mesa de su escritorio, pero hay otros muchos que no tienen ni idea cuando se ponen frente a nosotras y solo al ver nuestra desnudez se les enciende el instinto creador y nuestra soledad les da alas a su imaginación y, en cuanto se ponen a escribir la primera palabra, que quizá han oído o leído o recordado, llega en tropel una nutrida bandada de palabras en  orden y concierto, que para eso son escritores, se les sube la fiebre a las neuronas más activas y ya no hay quien los pare.

-  Mucho sabes tú.

-  Algo tenía que hacer, que no se está nada bien cruzada de brazos, y como sueñas tanto en el encuentro con quien se digna pasear por aquí, una le da, dale que dale, al oficio de pensar con la idea de ponérselo fácil al que llega y, apenas sin esfuerzo, nuestra soledad y nuestro pozo vacío de susurros y manantiales afloran y es cuando mucha gente se acomoda y puede escuchar sabias melodías  y beber en fuentes de aguas limpias y casi-casi cristalinas.

-  Está visto, no hay nada como escuchar a quien ha sabido estar mucho tiempo callada, como tú, y está claro que vuestro silencio es elocuente y vuestra soledad invita a quien pasa a vuestro lado a conversar y contar hermosas historias.

-  Pues claro, y si te asomas a la calle y pones oído atento a lo que bulle, no sería necesario estar esperando tanto a eso que llamáis inspiración, ¿no te das cuenta de que no habría páginas en blanco en el mundo entero capaz de acoger todo  lo que estalla en cada mente humana  vapuleada por tanto tsunami actual? ... Pero no sigas, porque ya no hay más sitio... ah, por favor, no tardes en volver.

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