martes, 4 de junio de 2013

EL DIOS EN EL QUE NO CREO





“Un Dios que necesita puntuar para la nota media tanto como el Teorema de Pitágoras, es un dios con la autoestima por los suelos”. Juan José Millás

No creo en el Dios de Videla de misa y comunión diarias;
ni en el Dios de Franco bajo palio;
ni en el Dios de los ínclitos Rouco Varela y Martínez Camino, a quienes el genial Juan José Millás llama “siniestros” y yo con él;
ni en el Dios de Aznar y Botella, de mirada tan siniestra como la de los anteriores, si no más;
ni en el Dios flácido de Rajoy, Gallardón y Fátima Báñez;
ni en el Dios simplón, cínico y tartamudo de Cospedal;
ni en el Dios melifluo de Bono;  
ni en el Dios de san Josemaría Escrivá de Balaguer y todos sus fieles seguidores;
ni en el Dios sobrado de los fuegos fatuos de Wert que nos ha cambiado la sana asignatura de educación para la ciudadanía por clases de religión en la más pura línea episcopal;
ni en el Dios de todos los rocieros juntos del Rocío, lo siento amigos;  
ni en el Dios del  “puto amo” y “Luis el Cabrón” (en boca del Gran Wyoming y el patético Correa) si es que cree en Dios, claro está, que presuntamente se lo ha llevado crudo a Suiza y ha repartido presuntamente sobres a todo hijo de vecino del PP y no sé si a algún aledaño más;
ni en el Dios espectáculo puro y duro de Juan  Pablo II, ni en el de Benedicto XVI, de una teología de condena sin piedad  a quien no pensara como él;
ni en el Dios liberal de todos los neoliberales juntos y ultracapitalistas de tomo y lomo, verbi gratia, Esperanza Aguirre, Margaret Thatcher, por mucho que Mario Vargas Llosa, a una de ellas, la haya subido a los cielos,  y un largo etcétera;
ni en el Dios del paraíso que condenó a los primeros padres por comer del árbol del bien y del mal, la manzana, y al resto con pecado original, por los siglos de los siglos, hasta llegar a nosotros;
ni en el Dios que mandó a Abrahán matar a su propio hijo para probar su fe, ¿por qué pensaría así el que escribió esa historia y por qué se nos dijo que estaba inspirado por el Altísimo?;
ni en el Dios que mandó fuego y azufre sobre Sodoma y Gomorra;
ni en el Dios que convirtió a la mujer de Lot en estatua de sal, por el simple y ejemplar hecho de mirar hacia atrás, seguro que para ver cómo se achicharraba la pobre gente;
ni en el Dios que te castiga al fuego eterno por cualquier pecado mortal de la índole de no ir misa un domingo o fiesta de guardar o mirar con deseo ardiente a una bella mujer o a un guapo mozo;
... y así sucesivamente. Ya dije, y lo repito: lo siento, amigos.
Pero bueno, a decir verdad, es que casi no creo en ningún Dios.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

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El pastor de... dijo...

Preguntado el NINI (LAS RATAS) sobre una herramienta agrícola, contestó: “de eso no entiendo, es inventado”.
Eso mismo digo yo del dios ese que nos presentas: es inventado. “El hombre creó a Dios a imagen y semejanza suya”.
Pero necesariamente tiene que haber uno verdadero, el Dios de Teresa de Calcuta, de Vicente Ferrer… y tantos otros. El de las conciencias, el que se encargue de todos estos corruptos cuando no sean juzgados por otros más corruptos que ellos. Alguna fuerza tiene que haber que haga el milagro de que de una planta, aparentemente muerta, brote una espléndida flor… en fin, que una cosa sí está, para mí, clara: el dios que hace arrodillar a un padre de familia porque no iba a misa para poder alimentar a su numerosa familia…ese no es dios.

Un abrazo

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

El inglés, aunque algo estudié, no lo entiendo, el castellano del Pastor, hasta los puntos suspensivos. En el fondo estamos de acuerdo, creo yo. Con un matiz: yo creo hasta el final que el hombre creó a Dios a su imagen y semejanza. Los mezquinos un Dios mezquino, los buenos, un Dios bueno. Eso es todo, creo yo desde mis dudas permanentes y muy pocas certezas.
Abrazos

Luis Alonso dijo...

Eso sí que es una buena oración, Ángel.¡Todo un credo!

Luis del Pozo dijo...

Yo Ángel si creo en Dios, en ese Dios un “pelín” mejor que el más bueno de los hombres, ese Dios al que plagian los que han dado todo por sus hijos, por el cuidado de familiares enfermos, ese Dios que no se parece en nada a esos que citas en tu artículo.
Un abrazo
Nanete

Luis del Pozo dijo...

Yo Ángel si creo en Dios, en ese Dios un “pelín” mejor que el más bueno de los hombres, ese Dios al que plagian los que han dado todo por sus hijos, por el cuidado de familiares enfermos, ese Dios que no se parece en nada a esos que citas en tu artículo.
Un abrazo
Nanete

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Muy bien, Luis, y ya sabes que te admiro y respeto. Yo cada día me acerco más a aquellos que piensan que es el hombre el que ha creado a Dios a su imagen y semejanza y así me cuadran mejor las cosas.
Otro abrazo desde las dudas, creencias e increencias en donde convivan en paz y hasta en armonía.