martes, 10 de julio de 2012

LOS GESTOS DE LOS GRANDES HOMBRES


 

Cuenta, en una de sus columnas, casi siempre sabrosonas, Carlos Boyero, con la dosis de acidez, lucidez y ternura, a la vez, que le caracterizan, dos encuentros con el sin par, Vicente del Bosque, en donde es patente, como siempre, la humanidad de este hombre que está demostrando ser uno de los grandes, en cuanto a profesionalidad, bonhomía, y uno de los hombres más populares, respetados y honrados,  justamente por ello.

Se encontraron por primera vez una  larga tarde y noche con motivo de un programa de televisión y tuvieron ocasión de hablar largo y tendido. Carlos Boyero le comentó, como de pasada, la situación delicada de su madre y de una tía, su única familia, que sufrían la enfermedad de Alzheimer. No volvieron a verse hasta hace unos días y la primeras palabras que le dirigió el entrenador de La Roja fueron: ¿Cómo está tu madre y tu tía?, y al duro de Boyero se le hizo un  nudo en la garganta, porque el espejo que tenía delante refleja “educación, humanidad, respeto y clase”, anota el crítico de cine. ¿Quién no se emociona y asimila la lección ante estos gestos tan llenos de grandeza?

Item más: Otra anécdota de este gran hombre, sencillo, inteligente y cabal, que comenta en su columna dominical Juan Cruz. Cuando alguien le preguntó, después del triunfo de La Roja, qué sentía al inicio del partido y si estaba relajado, contestó esto exactamente: “Estaba muerto de miedo”. Ya está, otro título y otra medalla, sin subirse por las ramas al ego vecino de las estrellas, sin ponerse solemne y engolado como cualquier mindundi de pro, desciende al lado más humano de lo humano. Muerto de miedo, como cualquier ciudadano y vecino del quinto.

Y uno que siempre se está mirando hacia dentro, así como a la vida que le rodea, no puede por menos de echar de menos estas lecciones en los de abajo y en los de arriba. En los de abajo (en los que me incluyo) cuando se les capta en sus costumbres y hábitos chulescos, hablando de sí mismos y sus cacerías y medallas... y en los de arriba, disertando sobre sí mismos, sus cacerías y medallas, igualmente del mismo barro, sin mirar a los ojos que tienen delante, tras los que se puede advertir mucho dolor o profunda alegría y hasta si la madre anciana sufre alguna demencia senil para preguntar por ella antes de nada. ¿No lo dejó bien claro Albert Camus cuando dijo: “Creo en la justicia pero defenderé antes a mi madre que a la justicia? Que quiere decir también que lo primero es lo primero y lo principal, como ir al fondo de lo humano y su ternura.

¡Cómo me gustaría tener de maestro a D. Vicente del Bosque y que tú, Rajoy, Rubalcaba... el inefable WERT... y el resto... fuerais sus aventajados alumnos!

5 comentarios:

Luis Alonso dijo...

Leí esa columna sobre del Bosque del irregular Boyero (que, como casi todos, unas veces acierta y otras no tanto); me gustó de veras. Y el final es maravilloso. Pocos días antes, el lunes 2 de julio,publiqué en mi blog un post titulado "nosotros y el fútbol", el cual se cierra con la frase que le espetó mi hijo el pequeño, de 9 años entonces, a su hermano mayor: "¡Oye, Luis, menos chulería y más Vicente del Bosque!"

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Estoy de acuerdo contigo en la primera reflexión. Leeré tu entrada, porque el final que cuentas de tu hijo pequeño es genial. Lástima de no haberlo sabido, porque lo hubiera incluido en mi artículo. Dale la enhorabuena a tu chaval, promete.
Un abrazo

El pastor de... dijo...

Recuperaré mi fe en la política cuando en las listas aparezcan Vicentes del Bosque. Entretanto seguiré esperando.
¡Qué grande es este hombre! y, además, es el mejor entrenador del mundo, por eso no entraba en los planes de los mediocres.
Que seáis felices.

Anónimo dijo...

Me gusta, Ángel, como futbolero empedernido que soy, que te adentres a veces por estos mundos.

No obstante, la figura de Vicente del Bosque es tan gigante ahora mismo, que sobrepasa los límites de lo que es un entrenador de fútbol.

Un hombre que fué despedido del Real Madrid por ser "poco moderno", habiendo conseguido títulos y objetivos con el club de su vida, y que al final el tiempo le ha dado la razón, gestionando perfectamente el vestuario de la selección española y cuidando, e incluso mejorando futbolísticamente la herencia recibida por Luis Aragonés.

Otra anécdota que me viene ahora mismo a la cabeza, se desarrolla en los momentos previos de la final del Mundial de Sudáfrica, en los momentos antes de salir al terreno de juego a jugar una final de un mundial, máxima tensión, la arenga de Vicente del Bosque a los futbolistas de la Roja fué tan humana como decirles que hicieran bien lo que saben hacer y que pensaran en todos los niños que se miran en ellos, como espejo, como modelo. Así es como se ve en la película sobre La Roja, transmitiendo una tranquilidad pasmosa paseandose por el vestuario mientras los futbolistas terminaban de vestirse y hacer los últimos estiramientos.

Coincido también, Ángel, en que Vicente del Bosque es un gran hombre, cargado de gestos que le hacen grande.

Un saludo

Óscar

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

De acuedo, Pastor, y gracias, Óscar, por enriquecer este rincón con tu comentario.
Un abrazo