miércoles, 26 de octubre de 2011

GRUPOS TAN DISPARES COMO CREATIVOS



He tenido una semana muy movidita, da gusto. Son las ventajas de ser un jubilado activo, de lo que presumo, como sabéis, aunque no habría que presumir de nada, lo sé:

El lunes una charla sobre el ocio de las personas mayores a un grupo de jubilados, muy comprometidos con los temas sociales, e intenté hacerlo práctico yendo al grano más que teorizar, invitando al personal a leer y escribir, como una de las mejores aficiones para el tiempo de la jubilación que se alarga cada vez más. No sé por qué me dio la sensación de que lo cultural resbalaba un pelín por más de una cabeza, aunque por debajo latía lo social y no todo el mundo se percató de ello y me da que más de dos se perdieron en sus jardines de invierno.

El martes una lectura poético-didáctica de algunos de mis poemas, me habían invitado a ello, a un grupo muy numeroso de Educación de Adultos, la inmensa mayoría, claro está, mujeres, pero había en este caso seis o siete hombres, aleluya, y debo decir que no muchas veces me he encontrado con un grupo tan atento, tan ensimismado, tan sin perderse un solo suspiro, una sola palabra…, colocados en círculo perfecto en donde todos nos veíamos las caras y yo, al ritmo de la charla y la lectura, iba repasando más sus rostros y miradas que las líneas de mis textos. Solo así hay más posibilidad de encandilar a los oyentes, cuando te metes en sus miradas y te integras en su aquiescencia, su silencio, su media sonrisa o el pespunte de su dolor detenido, si el texto es comprometido.

El miércoles por la mañana un taller de creación literaria en la Facultad de Ciencias de la Educación a un grupo numeroso, unos cincuenta alumnos, alumnas debería decir, porque solo uno era alumno, ¡qué cosas! Muy a gusto, porque a pesar de que la inmensa mayoría no era excesivamente lectora y mucho menos dada a escribir, desde el comienzo metieron las manos en la masa y comenzaron a hacer sus primeros pinitos, espléndidos escritos que salían de forma espontánea, muy digna, original y fresca. Me convencieron, más aún de lo que ya estaba, de que la creatividad nos concierne a todos y la llevamos en nuestras mochilas, es patrimonio del ser humano, solo hace falta un clima cálido y adecuado, leves refuerzos positivos para que afloren historias, poemas, relatos…, escritos, en suma, de extraordinario interés.

Y por la tarde, para terminar el día mi segunda sesión de este curso en el Centro Cívico del barrio en donde imparto un taller de escritura creativa. El grupo es espléndido y numeroso, 22, que para un taller así casi es excesivo. Leímos algunas historias, un poema y una reflexión para caldear el ambiente y retarles a que a partir de sus cuatro palabras más queridas intentaran escribir aspectos de su biografía haciéndonos eco de lo que escribió Susana Fortes: “Las palabras que de verdad cuentan nunca son más que unas cuantas y a través de ellas uno podría explicar su vida”. Siguen encantados, los viejos, es decir, los del curso pasado, porque le están sacando jugo a su creatividad, y los nuevos… parece que la alta motivación de los veteranos les arrastra, les da alas y se atreven a experimentar. Son los milagros de los grupos dispuestos a crear.

Para no alargar el texto hablaré otro día de los grupos de esta misma semana: el de la Residencia de Ancianos Cardenal Marcelo y el nuevo grupo de Viana, que en la primera sesión ya me ha fascinado, en donde he comenzado el Club de lectura y escritura creativa. Cualquier día hablaré de ellos. Se lo merecen.

2 comentarios:

Gloria Rivas dijo...

Yo ya quiero jubilarme para poder hacer todas esas cosas, y dejar de hacer el tonto.
Madre mía cómo cunde el tiempo LIBRE!!!
(Claro que para poder hacer todas esas cosas no es suficiente con ser jubilado, además hay que tener una madera especial.)

El pastor de... dijo...

Oye, pues...¡poder! yo cuando sea mayor quiero ser un jubilado activo, aunque no tenga que "presumir de nada".

Mis mejores deseos para vosotros.