domingo, 4 de septiembre de 2011

INDIGNACIÓN Y REFLEXIÓN



No tienen por qué contraponerse ni contradecirse, porque se complementan y pueden ir de consuno en perfecta armonía. Leía hace unos días a Fernando Villespín que es un analista tertuliano ejemplar, muy lúcido, muy joven y que apunta maneras, sobre los temas más candentes de la actualidad y esta vez yo no estaba totalmente de acuerdo cuando decía que es hora de abandonar la indignación para pasar a la reflexión y tratar de buscar respuestas viables y responsables.

Al día siguiente en la sección de Cartas al director, de la que soy asiduo porque algunas cartas de ciudadanos de a pie elevan el nivel del periódico como el mejor de los editorialistas y columnistas, un señor de Altea (Alicante), Ricardo Pesado Llovat, matizaba de manera no menos lúcida y espléndida, recordando nada menos que a Aristóteles, quien en su Ética a Nicómaco no encontraba ninguna incompatibilidad entre la indignación y el pensamiento. Habrá que acudir a uno de los más grandes maestros del pensamiento actual, Emilio Lledó, que según leo en la prensa de hoy mismo acaba de publicar un libro sobre el pensamiento de Platón y Aristóteles y que como siempre será muy sustancioso, El origen del diálogo y la ética, se titula.

Porque hay motivos para indignarse, ¿y cuándo no?, ante la que siempre está cayendo de forma inmisericorde e injusta. Estoy leyendo en estos días un libro testimonial de una médica cooperante en uno de los países más pobres de África y sangran todas sus páginas ante tanta miseria, tanta corrupción y tanta injusticia. La médica es de Segovia y se llama Isabel Serrano González y el libro: Estrellas sin pan en las noches de África.

Así que lo primero INDIGNARSE desde el fondo más profundo de uno mismo y de la realidad circundante, y buen ejemplo es el de la inmensa mayoría de los jóvenes del 15-M, y que tampoco se han quedado en la sola indignación, sino que están reflexionando de manera ejemplar, siguiendo la estela de los ejemplares nonagenarios Stephane Hessel y José Luis Sampedro, dando cabida a más jóvenes y adultos de todas las edades y buscando las causas de tanto desengaño y las acciones más responsables y comprometidas. Y a continuación o en el mismo momento PENSAR qué es lo que debemos hacer de forma imperiosa y urgente a nivel individual y colectivo y como encauzar el cabreo monumental que nos invade.

Que nuestro inefable ex - presidente del Gobierno, José María Aznar, salga como casi siempre por peteneras rumbo a la estrellas y desde sus vísceras bien conocidas con que “el Movimiento 15-M, o de los “indignados”, es “irrelevante” y “marginal” porque “no representa a la mayoría, ni a una minoría relevante para España, ni para su política ni para su economía” está dejando entrever como siempre su talante y su forma de ir por la vida. Allá él, aunque hay que indignarse con él como hábito al menos saludable, lo haces y te quedas mejor, casi – casi, como Dios, es decir, en otra galaxia, por fortuna.

Pero quedémonos con el mensaje unitario, diría yo: INDIGNACIÓN Y REFLEXIÓN a la par. O tras ¡INDIGNAOS! con Stephane Hessel, que vuelve ahora a la carga con ¡COMPROMETEOS!

3 comentarios:

El pastor de... dijo...

Tendríamos que ser de cartón para no indignarnos ante lo que presenciamos.

Creo que todo ser humano debe reflexionar en cada momento, mal nos iría si no.

O sea, ¿indignación? SI, ¿reflexión? TAMBIÉN. Pero no olvidemos otra palabra muy interesante, que no sé si alguien la ha pronunciado antes: ¡TRANSPIRACIÓN! porque no olvidemos que, si como nos dicen, alguna vez existió el Maná, hoy no hay duda que solo unos pocos disfrutan de él.

Frente al derecho, inalienable, de comer pan, está la obligación de sembrar trigo. ¿Se me nota el campo?

Un abrazo.

Gloria Rivas Muriel dijo...

Como hoy es día 8 de septiembre, y se celebra el día internacional de la alfabetización, quiero aprovechar este foro para compartir el haiku nº 70 que escribí a las niñas de Kabul hace un par de años.
"Todas las niñas
del mundo,un lapicero
en sus manitas."
Gracias por prestarme la pizarra.

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Gracias, una vez más, Pastor y Gloria, por alargar el discurso y embellecerlo.
Abrazos.