sábado, 24 de septiembre de 2011

HUELGA DE PROFESORES




De los muchos profesores y maestros que he tenido en mi larga vida, uno de los mejores, si no el mejor, fue D. Julián, mi primer maestro, así como el de varias generaciones de mi pueblo natal. Muy buen maestro, porque era un gran profesional con excelentes habilidades pedagógicas. Marcó escuela y época.

No he podido por menos de acordarme de él en estos días aciagos de huelgas más que justificadas y exabruptos inexplicables de políticos, más bien de políticas, con descalificaciones de mal gusto y mucho peor, sin atenerse a la verdad y a los hechos. Siempre igual. Juan José Millás califica todo ello de “sutilezas brutales o sutiles brutalidades”.

De casi todo lo que he leído sobre el tema me ha llamado la atención sobremanera el hecho de esos padres de un municipio de la Sierra de Guadarrama (Soto del Real-Madrid) que han abierto una cuenta abierta para ayudar a los profesores huelguistas. Si mi primer maestro se hubiera puesto de huelga, estoy seguro de que mis padres y otros muchos de mis compañeros de escuela, hubieran hecho algo similar, porque tenían una sensibilidad a flor de piel en el tema de la educación, que ellos la encerraban en las cuatro reglas y poco más, pero que en el fondo intuían que significa muchísimo más, y tenían un admiración y respeto ejemplares hacia el maestro, un señor que solo su austeridad espartana le permitía vivir o sobrevivir dignamente.

Dejo la palabra, más autorizada que la mía, al catedrático de Política Educativa, Sr. Puelles Benítez, que se hace estas tres preguntas pertinentes en un artículo titulado, Socavar una conquista social:

1.- “¿Se está pensando en que la educación pública, al amparo de los famosos recortes, contribuya también a incrementar los ingresos de los poderes públicos?
2.- ¿Por qué, si hay que hacer recortes, no se hacen también en los centros privados concertados?
3.- ¿Es solo un primer paso en el desmantelamiento del Estado de bienestar que hemos construido entre todos?”

Mal vamos cuando los recortes van a parar a la educación (¿posteriormente a la sanidad?) y nunca saldremos de la que está cayendo si a corto y largo plazo no se apuesta por una educación obligatoria y gratuita y primordialmente pública.

2 comentarios:

El pastor de... dijo...

De mi primer MAESTRO (F.R) se decía que de haber ganado la guerra los "otros" él hubiera sido un importante personaje público. Fue, creo, un gran maestro, que a muchos seres humanos sacó del más absoluto analfabetismo, a cambio de "pasar más hambre que un maestro de escuela". Vaya para él mi más entrañable y agradecido recuerdo.

Para l@s polític@s que, parece, añoran la cayada y el perro para dominar el hatajo, les invito a que lean: "Pragmática de Enrique II a favor de los maestros" que, aún después de varios decenios, permanece intacta en nuestra memoria.

Creo, solo es mi humilde opinión, que si alguien merece un reconocimiento especial a su labor, en favor de la sociedad, es el maestro que nos enseña las primeras letras: el maestro de escuela.

En cuanto a los otr@s, entiendo que sigan pensando que se gobierna mejor un pueblo de borregos que un pueblo de sabios pero, eso ya no tiene marcha atrás, lucharán por retroceder, pero lo más que conseguirán será pequeñas frenadas porque, este vehículo no tiene marcha atrás.

Gracias por permitirme rendir un pequeño homenaje al maestro de escuela: mi MAESTRO.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

¿Qué vas a ser
cuando te hagas mayor?
Seré... maestra!