sábado, 14 de mayo de 2011

¿HACIA DÓNDE VAMOS?

En un artículo reciente, el escritor y filósofo, Rafael Argullol, se plantea un tema de máximo interés: ¿Estamos ante un nuevo Renacimiento o ante una nueva Edad, Oscura? Y deja como buen pensador la puerta abierta para que cada cual realice su propio camino en el pensar y en el dudar y que depende de multitud de circunstancias para encaminarnos a una Edad Oscura o hacia un nuevo Renacimiento, dejando en el aire a modo de duda de que podemos estar encaminándonos hacia una humanidad sin ilusiones ante la evidencia de que los templos de la fe se van quedando vacíos y los templos laicos deshabitados.

Ese es el planteamiento: sin la fe que mueve montañas y sin la ilusión, la pasión y el compromiso de crear un mundo autónomo y abierto a todas las corrientes desde el respeto y la tolerancia, y sí, relativizando prácticamente todos los grandes asertos, puede suceder de todo. Con los talibanes de algunas creencias, los dogmáticos a sueldo, la primavera de la Iglesia Católica con Juan XXIII y el Concilio Vaticano II que ha devenido en invierno y espectáculo de inmensas muchedumbres, los que salen al aire desde la política y los medios amarillos de la comunicación que toman partido por la descalificación, el insulto, la desvergüenza, cuando no de la mentira y “la calumnia que algo queda”, los políticos corruptos que siguen y siguen, impertérritos, con sus electores sin que se les caiga la cara dura al votarlos, me queréis decir ¿a dónde vamos?

Aunque hay naturalmente atisbos de que las cosas pueden encaminarse en dirección opuesta a la sinrazón, al odio, a la vergüenza, a la fatalidad… y podemos vislumbrar en el horizonte algunos ramos verdes, por ejemplo las revoluciones del mundo árabe en manos de los jóvenes y las mujeres, que dieron por muerto a Bin Laden antes de que lo mataran, y dijeron no a los dictadores y a su mundo corrupto y aquí cerca: quienes en lugar de estar mirando a la luna, al sol o al aguacero con la boca abierta, y contra todo lo que se mueve en buena dirección, se levantan cada mañana, sin aspavientos ni alardes, para intentar mover el mundo desde su territorio chiquito pero sabedores de que el grano hace granero y lo mundial se construye desde la propia casa y la aldea chiquita … y frente a los catastrofistas y quejumbrosos de que nos quedamos sin valores hay quienes apuntalan los viejos y apuestan por los nuevos.

La cuestión fundamental podría ser, para cada uno de nosotros, preguntarnos hacia dónde nos encaminamos personalmente con nuestros cuerpos y nuestras mentes y tratar de darnos la respuesta más clara sin tapujos y sin autoengaños. Y en esto la respuesta no está en el viento sino en nuestros adentros más hondos, libres de prejuicios y ataduras sabiendo que nuestras lucecitas iluminan la noche, que no es poco.

¿Hacia dónde vamos?

2 comentarios:

El pastor de... dijo...

Algunos pensadores dicen algo, con lo que yo estoy de acuerdo: "no se puede comprender la vida sin mirar hacia atrás (...)".

Entonces miremos hacia atrás hasta donde nuestra "vista" sea capaz de llegar, a partir de ahí recorramos el camino, que hemos hecho al andar, hasta nuestros días y creo que sería una manera, muy aproximada, de saber hacia dónde vamos.

Y ahora me atrevo (nada hay más atrevido que la ignorancia) a hacer esta otra pregunta: ¿sabemos hacia dónde queremos ir, o viajamos sin rumbo?

En cualquier caso

Feliz viaje a todos.

Anónimo dijo...

Y mirando atrás,Pastor, también me atrevo a decir que en muchas ocasiones nos dejamos llevar por los acontecimientos, las circunstancias o la casualidad. Y en ocasiones, saber por dónde no queremos ir, ya es un logro.
¡ buen viaje!