sábado, 31 de julio de 2010

JOSÉ LUIS SAMPEDRO



Siempre que he tenido la ocasión de escuchar a José Luis Sanpedro me ha parecido uno de los grandes privilegios que ofrece la vida: sí, sí, la escucha a un hombre sabio, humanista, crítico a nuestro mundo de valores y al sistema económico con argumentos contrastados y una larga experiencia, rebelde con causa y ajeno a arrojar la toalla por ir cumpliendo muchos años, porque “quedan cartas que jugar” que dijera ya hace muchos años cuando no era tan mayor y, cuando lo es, sigue echando sus cartas y regalándonos sus inteligentes e inquietantes discursos.

En la actualidad, cuando ya ha cumplido los 93 años, a dúo con su actual mujer, escribe un ensayo donde los cuatro elementos de la naturaleza se quejan del abandono de los hombres.

En una larga entrevista, que me ha pasado una amiga, la periodista Elena Pita, recogía hace unos días en El Mundo algunos de los siguientes pensamientos:
Nada como dejarlos al desnudo para que iluminen más y mejor. Te dejo a solas con esta entrañable y lúcida compañía. Y lógicamente para compartir o disentir.

• “Esto no tiene arreglo. La única reforma posible es quitar el poder a los bancos y restaurar la democracia”.
• “Son de temer y esperar conmociones muy fuertes: revueltas sociales y catástrofes naturales”, contesta así a la pregunta de la periodista sobre la predicción de la salvación del mundo como quien suplica ciego de fe a un dios cualquiera. Y matiza: “Redistribución de la riqueza, o eso o nada. ¿Para qué producir más cosas?... Las religiones ya no funcionan, lo que hay que producir son valores éticos y humanistas, que permitan a la especie sobrevivir en un nuevo orden de cosas”.
• “Europa no da para más, tampoco el gran hermano americano: el capitalismo turbo consumista se termina”.
• “El mundo africano no está anestesiado, la inmigración no está aletargada”.
• "Estamos en un momento de verdadera barbarie, de destrucción de los valores fundamentales como justicia, respeto, educación, igualdad, solidaridad; que ya no valen nada frente al dinero, la productividad y el desarrollo insostenible”.
• “La alternativa será una forma de poder público… La democracia real ya no existe, es sólo formal: lo que gobierna es la oligarquía financiera”.

… y sigue y sigue… y cada pensamiento no tiene desperdicio. Sólo añadir su último y bellísimo pensamiento sobre la vejez:

• “El arte de la vejez es arreglárselas para acabar como los grandes ríos, serena, sabiamente, en un estuario que se dilata y donde las aguas dulces empiezan a sentir la sal y las saladas, un poco de dulzura. Y cuando te das cuenta ya no eres río sino océano. Eso es lo que pretendo”.

2 comentarios:

mjesusprivil dijo...

Un mes de vacaciones alejada del "mundanal ruido" y a la vuelta tenía tu blog con un montón de artículos sin leer!!

Unas reflexiones preciosas las de Sampedro. Todas para cavilar un buen rato. Aunque disiento de alguna de ellas..., no sé que te parecerá a ti Angel, pero ¿de verdad crees que "las religiones ya no funcionan"? mira el crecimiento del islam, o la fama inmensa de muchos predicadores...

Ya me gustaría que fuese cierto, y que entre todos nos dedicásemos a "producir valores éticos y humanistas, que permitan a la especie sobrevivir en un nuevo orden de cosas”. Sería la gloria!!

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Bien, Chus, por haberte alejado del mundanal ruido y bien por haber vuelto y tenerte ya aquí.
Y tú me lo preguntas? Aprendí de tus colegas de la Ilustración y pensadores posteriores que las religiones no funcionan, sí su gran poder y toda su parafernalia, cada vez menos, la verdad, tan distinto todo de los grandes maestros, filósofos y profetas como Jesús de Nazaret, entre ellos, y de los ciudadanos de a pie que nos hemos aprendido la lección de uno de los más grandes y tan querido por ti con aquello de "atrévete a pensar". Y no hay vuelta de hoja.
Las religiones ya no funcionan, queda el ruido, lo repetido hasta la saciedad, pero el espíritu va por otros vericuetos bien distintos que van marcando el futuro, y aunque el presente a veces parezca que mira hacia atrás, no hay vuelta de hoja desde el momento en el que la razón impera y el hombre se hace adulto. Habrá que seguir esperando más, pero no hay marcha atrás aun cuando notemos que se dan aparentemente retrocesos.
Habrá que seguir debatiendo y reflexionando, porque yo marcho dentro de unas horas, no sé si huyendo del mundanal ruido, aunque el fin de semana volveré a estar aquí de nuevo.
Te recomiendo, mientras tanto, el artículo de Juan Goytisolo que salió ayer el EL PAÍS y que acaso hayas leído: Un manual para pensar en libertad.
Un cariñoso abrazo