LA MENTE MEJORA CUANDO SE SIENTE DESAFIADA

No pasear siempre por el mismo sitio, lo que obliga a tener más despiertos lo sentidos, no cantar la misma canción, no recitar la misma poesía, no leer siempre el mismo libro, ni escuchar la misma emisora, ni leer un solo periódico, ni ver los mismos programas de la tele… porque en la medida de que vayamos cambiando estamos desafiando a las neuronas, revolucionándolas en beneficio de tener la mente más activa. No importa la edad que tengas, porque el relacionar la madurez con la pérdida de facultades mentales no es nada correcto.

A esto llegan las últimas investigaciones:
No tengas miedo, no tengamos miedo, porque a partir de los 40 ó 50 te traigas un lío con las gafas de cuidado, o vayas a un sitio de la casa y no te acuerdes a qué ibas, o veas a un conocido, casi amigo, y no te acuerdes de su nombre, y así una mil situaciones más, porque los científicos, con datos e investigaciones de última hora te dirán que fuera preocupaciones, porque el cerebro continúa desarrollándose durante la mediana edad y mucho después y que desechemos la falsa idea, porque es falsa, que el 40% de las neuronas se pierden y que lo que vamos llenando y rellenando en la cabeza quizá nada de ello se pierda, aunque lo parezca.

En un reportaje del New Yok Times sobre salud y bienestar se cita a Deborah Burke, catedrática de psicología de California, que ha investigado esos incidentes de pérdida de memoria, esos momentos en que tenemos en la punta de la lengua lo que queremos recordar. Esos incidentes aumentan en parte, concluye la investigadora, porque las conexiones neuronales pueden debilitarse con la falta de uso o con la edad, pero que si se estimulan con sonidos próximos a los que estamos tratando de recordar, por ejemplo, de repente el nombre perdido viene a la memoria.
Es muy interesante el ejemplo de longevidad intelectual de una comunidad de monjas de Minessota (EEUU) que expone el Dr. Tony Buzan, en su libro, Tu cerebro más joven, en donde muchas de esas mujeres superan los 90 años con una asombrosa agilidad mental, por ejemplo, una de ellas impartió clases hasta los 97, otra se jubiló a los 99 y, en general, entre todas ellas se da un índice de demencia senil y otras enfermedades mentales muy inferior a la media. La clave está en que estas mujeres mantienen la mente totalmente ocupada en su vida cotidiana, compitiendo en concursos, manteniendo debates, dirigiendo seminarios, dando clases, escribiendo, resolviendo pasatiempos, etc. etc.
En esta misma línea las últimas investigaciones han descubierto novedades altamente positivas:

- Que el cerebro, en la madurez, es más eficaz a la hora de reconocer la idea central, y hasta ver detalles y soluciones más importantes con mucha mayor rapidez que una persona joven.
- Que para mantener en forma la mente nada como desafiarla enfrentándose a pensamientos opuestos.
- Que “la única forma de mantenerse joven mentalmente es no dejar de jugar. Independientemente de la edad, debemos vivir como si estuviéramos poniendo a prueba el mundo, es decir, siendo niños. Cuando observamos a grandes artistas como Matisse, Picasso o Miró, entendemos que en esencia continuaron haciendo lo mismo que en su infancia: jugar, divertirse, ponerse nuevos retos. Por eso es bueno que los abuelos estén cerca de sus nietos y les vean jugar e imaginar. Los niños son nuestros mejores maestros”, Gerard Rosés.
- Que nunca fueron buenas la lamentación y la queja, por su esterilidad, pero esta verdad nos viene de lejos, como reza un proverbio irlandés: “Nunca lamentes que te estás haciendo viejo, porque a muchos les ha sido negado este privilegio”.
- Que el cerebro mejora con la edad: Está demostrado que la actividad mental modifica el cerebro y nos conduce a lo que conocemos como “Sabiduría”. Estos últimos descubrimientos se inscriben en lo que se denomina NEUROPLASTICIDAD.
- Y por último, que la mejor forma de mantener el cerebro es salirse de la zona cómoda, los caminos trillados y moverse en los asuntos de mayor complejidad y de una comprensión más profunda.
Ya lo sabes: las mentes maduras mejoran cuando se sienten desafiadas. Lo dice la ciencia. Y como escribe Francesc Miralles, en un estupendo reportaje en EL PAÍS SEMANAL, “mantener activo el cerebro con desafíos intelectuales y unos buenos hábitos nos permite pensar como jóvenes con el valor añadido de la experiencia”.