1.- Susana Baca
“Eres negra, pobre y lo único que puedes es estudiar más que los demás. Estás sola y lo único que te queda en la vida es ser alguien”, le dijo la madre a Susana Baca. Le hizo caso: estudió, se hizo maestra, se convirtió en cantante, en compositora e investigadora y su amor a la literatura le llevó a cantar a los grandes: Neruda, Vallejo, Carpentier, Dámaso Alonso, Jorge Edwards, Miguel Hernández y Blas de Otero.
“Eres negra, pobre y lo único que puedes es estudiar más que los demás. Estás sola y lo único que te queda en la vida es ser alguien”, le dijo la madre a Susana Baca. Le hizo caso: estudió, se hizo maestra, se convirtió en cantante, en compositora e investigadora y su amor a la literatura le llevó a cantar a los grandes: Neruda, Vallejo, Carpentier, Dámaso Alonso, Jorge Edwards, Miguel Hernández y Blas de Otero.
Su madre, negra y pobre, supo conectar, desde su inteligencia natural, con los pensadores más importantes de la historia de la filosofía: recomendar el estudio e intentar por todas ser alguien y sobre todo, ser uno mismo.
Leo también con entusiasmo que en uno de los países más pobres de África, Malawi, un fuerte movimiento de mujeres emerge con fuerza, y al grito de “fuego”, expresión de ánimo, lucha y coraje, está devolviendo a las mujeres un protagonismo necesario y esperanzador y haciendo remover siglos de prejuicios, desidia, machismo e injusticia. ¡Qué hermosas ventanas y qué magníficos paisajes!
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