lunes, 8 de septiembre de 2008

SER SOLO ESO


En un taller de creatividad literaria, que impartí a 25 mujeres, hace unas semanas, regalé una piedrecita a cada participante y les aconsejé que dejáramos hablar a la piedra, que la escucháramos y que nos comunicáramos con ella. Leímos el poema de León Felipe “Como tú piedra pequeña” y les puse como tarea componer un poema, bajo su sombra o tras su luz. Cuando llegué a casa hice también los deberes. Esto me salió:

Ser sólo eso,
piedra pequeña,
y nada más.
Ni pájaro,
ni árbol,
ni monte alto,
sólo piedra,
piedra pequeña
y ligera,
feliz en el fondo
del agua,
junto a otras,
oyendo el murmullo
de las olas,
y dichosa en un bolso,
solitaria,
rumiando
antiguas canciones
de siempre
y feliz de que alguien
me frote
con sus manos
cálidas.

Ser sólo eso,
hombre,
ser vivo
que ríe,
sueña,
juega
con las palabras
y ama.
Ni pájaro,
ni monte alto,
ni famoso adinerado,
ni el último,
ni el primero,
del montón alegre
y bullicioso,
del grupo apretado
y siempre dispuesto
al abrazo.
Como tú piedra pequeña,
piedra pequeña
y ligera.
Como tú piedra
que ríe
y canta por ser piedra.

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