viernes, 2 de agosto de 2024

MI HOMENAJE

 


Diario del atardecer – 20 de julio de 2024
 
“Mi homenaje
al que plantó cada árbol
sin pensar, para siempre”. Ida Vitale
 
 
Vaya el mío también por lo mismo. Y por estas nubes que van por el cielo, ahora mismo, y más por las que trajeron agua abundante, hace dos horas, a las tierras de todos que presagiarán una buena cosecha.
A todo cuanto se mueve, en dirección contraria, por defender la tolerancia y la rabia contra la xenofobia, y las palabras que les siguen, cuando nos ponemos, en pie de igualdad, con los hermanos de esta tierra, sean blancos, negros, homosexuales y todos los demás, dueños de esta tierra que no debería tener fronteras como en el principio de todo.
A la brisa que se acuesta con la ternura y la piel que se acuna con otra piel.
A todos cuantos nos precedieron y nos enseñaron: a andar erguidos y las primeras letras, a sonreír con el aire bueno de los buenos aires y a ser decentes por encima de todo el oro del mundo y los paraísos fiscales.
A todos, y a todas, que pasan a mi lado queriéndome, aupándome, tocándome, sacando lo mejor de mí, dándome aliento y lecciones de bien pensar, buen hacer y hasta mejor soñar.
A la calle cuando se viste de fiesta y la disfrutan todos porque es de todos, no solo de aquel que dijo que era suya.
A los sanitarios que cuidan y hasta pueden salvar con profesionalidad y cercanía, nuestros cuerpos y espíritus malheridos. Dicho lo cual, para no desviar el asunto, hay que defender la sanidad pública con uñas y dientes.
A los jueces cuando dictan sentencias justas, sin mirar su credo político, a los profesionales enamorados de su profesión y al camarero que te sirve con buena cara y una sonrisa de más.
A la luna, al sol, a las estrellas que están de esta tierra, tantas veces inhóspita, áspera y con cara de pocos amigos, para que aprendamos de quienes brillan de esa manera o saben reflejar la luz y su calor.
Homenaje a los que, a pesar de todos los males que les siguen cayendo cada mañana y cada tarde, continúan sonriendo a la vida no dando la partida por zanjada.
A quienes tienen en su casa un perro o algún que otro gato y les tratan con afecto y consideración, los quieren, los alimentan decentemente bien, los sacan a pasear y son incapaces de ponerles la mano de mala manera encima.
Y para ir terminando..., a quienes todas las semanas, fieles a la cita, estáis ahí y aquí, en este rinconcito, vuestro y mío..., y al sauce llorón que no llora y si en algún momento lo hace es de alegría como he leído esta mañana en la pizarra de Hipatia, que me saluda todas las mañanas cuando voy por el pan y el periódico: “Creían que era de pena, pero el sauce llorón lloraba de alegría”. Para él y todos los árboles del planeta, incluidos los cinco pinos de mi parcela, mi Homenaje.
Nota no tan al margen: He escrito esta croniquilla a las puertas del fin de semana que renunció el Presidente Biden y la hora de ceder los trastes del Gobierno de la cosa a su vicepresidenta Kamala Harris, que me cayó formidablemente bien cuando la conocí a través de un largo reportaje de EL PAÍS y guardé en la mesita del porche de Viana y lo he vuelto a leer estos días. Comienza con una cita del escritor James Waldwin referida a Karmela Harris: “No existe un momento en el futuro que vayamos a resolver nuestra salvación. El desafío está en el presente. El momento siempre es ahora”. Lo tengo claro, el momento de Kamala Harris es este, le ha llegado. Mi enhorabuena adelantada. Lo diré con brevedad y con contundencia: de Donald Trump a Kamala Harris del o al 10, si no más, y lo digo con las palabras de mi amigo Luis Alonso: “Confío en que la civilización derrote a la barbarie”.
https://youtu.be/rcqHWfA1BuI?si=3sEeRMa7_KzDm9it MISIA – Lagrima (Nos dejó ayer a las 69 años)

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