lunes, 2 de septiembre de 2019

ASÍ NO SE ENSEÑA, MAESTRO


Hay que mirarlos bien: Al que escribe sin pestañear, lleno de miedo. Al que mira con los ojos como platos, ahíto de poderío y arrogancia en su pose escrutadora. Su nariz como águila demasiado afilada para asestar el picazo mortal. Los ojos, qué pena de hombre, qué lástima de profesor, y cuánta pobreza y baja altura de miras, esperando a ver el más mínimo error para reprender, olvidando y hasta despreciando los aciertos, que de ese modo no verá nunca. Lleva tacones casi más altos de lo normal, y es alto, ¿será para estar más alto que nadie y cerca de las estrellas?; corbata, camisa, chaleco y pantalón repulidos, sin una mota de polvo, sin una sola arruga bella. Advierte cómo en lugar de auparle, con su aliento y su actitud represora le está obligando a una postura cruelmente incorrecta, doblada su columna hasta el extremo. No le quisiera a mi lado y menos como profesor. Los tuve buenos, malos y regulares, pero ninguno llegó a tanto. ¿Será de esos tan siniestros que se atreven a profetizar: Tú nunca serás nada en la vida; clamar: eso es un desastre, y no ver nada bueno y alguna perla que se esconde siempre entre los borrones y faltas de ortografía? Pena de mostrenco con cinco carreras, seis idiomas, quien después de tanto todo es incapaz de decir: soy un perfecto ignorante, y ni siquiera sé que no sé nada, tan elemental y propio del sabio humilde y sincero.
“Estoy esperando a que te equivoques”, ¡qué horror! ¿Y de qué escuela habrá salido este personaje? ¿Aquella de la letra con sangre entra? Esa actitud se merece un suspenso como una catedral.
- No hombre, no, vete a primero de primaria y aprende la primera lección: Ponerte a su altura, más que escudriñar, con asco, desprecio y sin esperanza, mirar con empatía, deseando que acierte y lo haga bien, para darle la mejor nota, alentando, apoyando, sugiriendo, motivando, animando, susurrando al oído: tú sí que puedes, esa parte te ha salido un poco mal, pero... esa otra está bastante bien, y en el caso de que todo esto, por lo que ve y se adivina, se te hace cuesta arriba o te resulta imposible, sal de esa clase y dedícate a lo que quieras, a vender cacahuetes, por ejemplo, menos a enseñar, porque no estás capacitado, ¡pobre diablo! En tus manos estaba la posibilidad de lograr una obra de arte y con esas herramientas no conseguirás más que chapuza tras chapuza vergonzante y vergonzosa. Y a tu pesar, alguno, que por fortuna no te hará caso, saldrá adelante victorioso. Es mi deseo y mi esperanza.
... Esta es la música de un auténtico maestro y dos grandes pianistas, para contrarrestar:
https://youtu.be/F6gaNgomBFw

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