martes, 14 de agosto de 2018

¿JUGAR CONTRA O JUGAR CON?


Oí esta mañana en la radio que un club deportivo, no viene al caso decir el nombre, jugaba “contra” otro club deportivo, del que no me acuerdo, y se pusieron rápidamente mis neuronas en pie: Jugar con o jugar contra. Esa es la cuestión, si de juego hablamos.
“Con” es unirse al otro para una labor, vivir con, partir con: compartir, llevar con: conllevar, estar con: estar al lado del otro. “Con”, es jugar con deportividad, puedes ganar, puedes perder y tanto si pierdes como si ganas lo sabes hacer; si pierdes no te hundes en la miseria a lo tonto y lo pasmado, ni se acaba el mundo, y si ganas, no tienes derecho a fanfarronear, pisotear y humillar, y no se te ocurra ni de lejos darte golpes de pecho a lo campeón y lo fatuo, como podrían hacerlo los gorilas de los que podrías aprender más de una buena lección, que saben huir a tiempo y hasta tener compasión con el herido y el vencido.
Con-tigo para compartir mesa, lecho, cobijo y realizar proyectos de futuro en consonancia con los sueños de ambos.
Jugar “con” es sacar lo mejor de uno mismo.
Mientras que “contra” significa oposición, enfrentamiento, lucha, guerra, asalto, avasallar, destruir y conlleva himnos, banderas y gritos estentóreos de a por ellos, oé, oé, oé, que, a mí al menos, me pone los pelos de punta y el buen gusto por los suelos. Quiere decir que hay que derribar paredes muros, murallas y todo cuanto se te opone, o te sale con todo derecho al camino con ánimo de paz. “Contra” tiene mala defensa hasta fonéticamente, ¿no ves como raspa y cruje al pronunciarlo?, no lleva nada de delicadeza en su piel y menos en su alma. Me huele a contradios para inventar otro de posible peor condición, a contrarreforma, que nadie sabe si mejor que la reforma, pero sí se saben la sangre derramada tras su mandato y las guerras de religión ocasionadas. Me sabe a contrabando, y me acerca a mis años de infancia de estraperlo, miseria y represión pura y muy dura contra todo brote de libertad y obligada emigración al final de los más desheredados de la fortuna.
“Contra” es violencia, aplastamiento, aniquilación, desprecio a su cultura, su personalidad, su dignidad.
Jugar “contra” es sacar lo peor del interior de cada cual.
Pero hagamos alguna excepción, que toda regla tiene excepciones honrosas, por ejemplo, las campañas contra el hambre, contra el cáncer, las manifestaciones contra la violencia de género, el libro magnífico de mi admirado Manuel Rivas “Contra todo esto” y que tiene más razón que un santo con todo lo que dice y lo bien escrito como todo lo suyo.
Las imágenes de Nadal y Federer iluminan el paisaje de mis humildes palabras y estas tratan de dar luz a imágenes tan potentes.
¿Jugar contra o jugar con? Ya ves, y solo se trataba de jugar con las palabras.

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