sábado, 5 de marzo de 2011

HE VUELTO A LAS ANDADAS



Y nunca mejor dicho lo de las andadas, por doble motivo, porque me ha tocado recorrer cinco pueblos en una semana y porque he vuelto a recrear mi pasado de activo-activo dando unas charlas sobre APRENDER A ANVEJECER, que casi lo tenía olvidado, después de estar sobre ello 18 años, y haber escrito cientos de artículos y algunos libros. Y me he reconciliado de nuevo conmigo mismo en el arte de estar cara a los asistentes, mirándoles detenidamente, para poderme dirigir a ellos desde la cercanía y escarbar en sus miradas para saber si lo que les iba diciendo lo iban captando, asimilando o tomando como materiales para disentir o debatir.

Ha sido un encargo del programa de Aulas de Cultura de la Diputación, que tuve el honor de iniciar hace la friolera de 27 años y me han regalado el placer de volver a mis raíces y compartir con quienes tanto saben sobre el arte de vivir y sobre el arte de envejecer.

Y allá me fui, siempre como si fuera la primera vez, no nervioso, pero sí expectante y con el deseo de acertar.

Inicié la ruta en Villaxesmir con un grupo chiquito de unas veinte mujeres, mujeres-solo-mujeres, y eso que estaban algunas de San Cebrián de Mazote y de Barruelo, como en familia, (siempre pensé que ésta debería ser la dinámica en municipios muy pequeños: sesiones intensivas de una tarde, una o dos veces al mes, con grupos de varios pueblos). Al día siguiente a Geria y me sorprendió un grupo numeroso de unas cincuenta mujeres, y dos hombres, (uno de ellos, el alcalde, que tenía prisa, me adelantó, pero aguantó la hora, gracias Sr. Alcalde) de muy distintas edades, a las que se unieron unas poquitas de Villán de Tordesillas. Estuve muy a gusto, como el día anterior, solo que el grupo me animaba más en mis reflexiones compartidas. La presencia de edades diferentes crea un clima mucho más rico. El tercer día doblé, primero en San Román de la Hornija, unas treinta mujeres, mujeres-solo-mujeres, muy receptivas y como a la espera de más todavía, y después en Torrecilla de la Abadesa, al pueblo de todos ellos que más he frecuentado, y de donde vine a casa más satisfecho porque estuve más inspirado, les hice reír, pasarlo bien, sin contar ningún chiste, claro, entre otras cosas porque soy incapaz de contar uno solo, y sin dejar de ir al grano, que es a lo que iba. Había algunos hombres y gente muy joven entre el grupo de adultos y mayores. Una gozada. Y el último día a Villanueva de Duero, un día de frío y nieve gélido, y a la peor hora imaginable para dar una charla, a las tres y media de la tarde, porque es la hora del Aula de Cultura, me dijeron, y ¡eureka!, junto a las treinta y tantas mujeres también dos hombres. (¿Qué sería de los pueblos sin la marcha envidiable de las mujeres? Y después todavía algunos se preguntan por qué las mujeres viven más) Gente conocida también y a gusto, aunque me noté menos inspirado. Pasa como a los toreros que no se tiene todas las tardes la misma magia.

Y hablé para qué repetirme si uno siempre cuenta las mismas cosas, salga el sol por donde salga, y quienes visitáis este blog ya sabéis de memoria de qué pie cojeo y cuáles son mis aventuras literarias y filosóficas de andar por casa:

De la diferencia de ser mayor y estar haciéndose mayor, del arte de vivir y de envejecer, de aprender a convivir con las pérdidas y los achaques y valorar las ganancias, de dar gracias a la vida en todo tiempo y lugar, de la etapa altamente significativa de la jubilación y rica en contenidos varios, de cómo hacer frente a la soledad, y de que aún ha tiempo de crecer, de cuidar el cuerpo, mimar la mente y cultivar lo social y de seguir soñando porque el futuro es nuestro. Y ya sabéis que lo que se dice es muy importante, pero también y a veces más cómo se dice, cómo se cuenta, la cercanía con la gente y la pasión y el convencimiento de cuanto se pregona.

Ah, y la semana que viene con el mismo repertorio a Cuéllar y a Carbonero el Mayor. Ya digo, y lo sabéis, un jubilado en activo y un tanto impaciente. Pero perdonad que esta semana haya hablado tanto de mí y de mis batallitas. Es para poneros al día de mis correrías. Y gracias por aguantarme.

2 comentarios:

El pastor de... dijo...

Ánimo Ángel, hay mucho trabajo que hacer en los pueblos de nuestra querida comunidad, (no sé en otras). El día que consigas paridad, entre el selecto personal que acude a tus charlas, habrás hecho un milagro.

Las personas del género masculino, no sólo tenemos asumido que cumpliremos menos años, si no que, además, parecemos empeñados en VIVIR menos que las féminas.

Me gustaría que en la tournée de este año estuviera incluído, otra vez, mi pueblo.

Un abrazo

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Mi querido Pastor: eso está hecho, y será un placer volver, y encontrarme con un público numeroso de hombres y mujeres. Cuando queráis.
Un abrazo