sábado, 7 de junio de 2025

SE FUE MAYO Y VINO JUNIO

 




Se fue mayo, paso página y me enfrento al mes de junio, atrás quedó cierto malestar que ya conté, y que da lugar a la queja de la que quieres largarte para dejar paso a lo que siempre merece más la pena: la celebración de la salida del túnel, la gozada de dormir a pierna suelta y levantarte para beberte los vientos de la mañana. Sin olvidar el final del curso de los talleres de escritura creativa que despedimos con un sobresaliente alto. Cómo no celebrarlo. Y lo que importa ya es el mes que aparece pleno de vigor y esperanza y de que no caiga pronto en el olvido, para lo que habrá que estar despierto, avispado y tomar el pulso a los instantes más valiosos, que son los que deben pesar más y ser mejor recordados.
Pasar de un mes a otro, cuando apenas pasa algo.
Estamos llenos de gestos y hechos aparentemente anodinos, como aquel del poema de Bertolt Brecht “El cambio de rueda” que siempre me trajo de cabeza:
Estoy sentado al borde de la carretera,
el conductor cambia la rueda.
No me gusta el lugar de donde vengo.
No me gusta el lugar adonde voy.
¿Por qué miro el cambio de rueda
con impaciencia?
Y que ahora me lo explico: cuando se hace silencio en el interior, ante cualquier escena rutinaria, puedes llegar a hacerte las preguntas más trascendentales de la vida.
Pasar las páginas del calendario te puede llevar a interrogarte de dónde vengo, a dónde voy, qué pretendo dejar en el camino, qué momentos debería dejar reposar en la retina durante el mes de junio, que enlaza con las tareas que puse para el verano a mis queridas alumnas y alumnos de los talleres:
Si queremos que los tres meses del verano de vacaciones, junio, julio y agosto, no se evaporen o caigan en el pozo del olvido, les decía, contemos y describamos algunos momentos vividos o presenciados, tales como un a modo de “momentos estelares”, que diría el escritor Stefan Zweit: Momentos positivos, vividos recreados y recordados. Momentos que han dejado buen sabor de boca, satisfactorios, felices, entrañables, nuestros o presenciados, vividos por otros, que nos alegraron la vida o que fueros lecciones a tener en cuenta. Nada de catástrofes, aspectos negativos y negras sombras en el horizonte y alrededor de la vida.
Tres relatos para cada mes, de no más de diez líneas (10) cada escrito. Y si os apetece podéis enviármelo en septiembre, no antes, y con mucho gusto los iré leyendo y os contaré. Así vamos cargando las pilas para comenzar de lleno el nuevo curso que ya está a la vista esperándonos.
Buscaré con lupa algunos de esos instantes porque yo también me obligo a hacer las tareas que mando a los demás.
En mi infancia el mes de junio era en el que las espigas de cebada y trigo estaban a punto de reventar y dispuestas para ser segadas y recolectadas.
¿Qué nos llevaremos este mes a la cosecha que debe engrosar nuestros graneros?
Ya, despiertos, avispados y fijos en la tarea feraz y feliz de la vida, vamos allá. Sin olvidar esos versos de Walt Whitman que tanto me gusta citar:
“No dejes que termine el día sin haber crecido un poco...
No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas”.
https://youtu.be/FKFnuhdaaRM?si=4oSKyCpGfiZVrcoz Carminho - Uma vida noutra vida - Live in Rudolstadt (12/15)

1 comentario:

Una alumna . dijo...

Eso seguro que lo haré profe.