miércoles, 13 de agosto de 2025

AMORES DE VERANO

 




Suele dedicar la última página, durante el mes de agosto, “El País”, a un tema por el que desfilan escritores, políticos, actores y actrices de distinto pelaje y condición. Este agosto le ha tocado el tema a los “Amores de Verano” y ya te puedes imaginar por dónde irán, van, los tiros, yo mismo, y tú posiblemente, iríamos derechos a buscar amores a lo Sofía Loren y Marcello Mastroianni o en los recuerdos más fogosos de nuestra adolescencia o incipiente juventud... y hete aquí que, esta mañana, me he topado con la contraportada firmada por Itziar Miranda, actriz y escritora, Internet me recuerda que trabajó en la serie “Amar en tiempos revueltos”, y me ha sorprendido con un relato fantástico que habla de otros amores que también son amores excelsos, los de una vecina suya de su infancia, la señora Matilde, que fue la que la atendió tras una picada de avispa que le produjo agudos dolores en el tobillo hinchado y fue ella quien la recogió en su casa “sin decir nada me sentó en su cocina, puso vinagre en un trapo limpio y me lo sujetó con una venda como se atan los secretos, me dio un cuenco de melón cortado con esmero, un vaso de gaseosa con una rodaja de limón y me acarició la cabeza”, mientras su madre se dedicaba a escribir poemas y su padre se enzarzaba en una conversación con el cura del pueblo sobre la existencia de Dios mientras fumaban y bebían.
“La señora Matilde no me enseñó grandes cosas. Me enseñó a pelar la fruta con paciencia, a que la leche recién ordeñada había que hervirla antes de beberla, a no llenar los silencios y a que un plato de caldo puede reconfortar más que un poema... Esa mujer no hizo otra cosa que abrir ventanas (una frase que años más tarde descubrí que había escrito Silvia Plath)”.
Amores de verano, naturalmente, esos de la humilde vecina que Itziar recuerda “no con nostalgia, sin con gratitud, porque hubo una mujer, que no fue madre, ni amiga, ni maestra, pero fue refugio”, y sin haber leído a los grandes, ni haber escrito un solo verso, ni debatir sobre temas tan trascendentales como la existencia de Dios, le enseñó otra forma de estar en el mundo y asimismo lo que era el amor en un verano de 1988.
Y yo aprendí esa mañana que los Amores de Verano no tienen que parecerse en exclusiva a los que mantuvieron en el cine Sofía Loren y Marcello Mastroianni, o aquellos fogosos de nuestra adolescencia y juventud en tardes tórridas de verano o noches de sábado noche.
Y subrayé para que quede grabado en la memoria -se merece un artículo el tema, yo tan amante de las ventanas abiertas- la importancia de abrir ventanas, sin olvidar el tema del amor de verano como lo ha planteado la actriz y escritora Itziar Miranda de forma tan original, sencilla y, a la vez, profundísima, como esos amores de la señora Matilde que brillan con luz propia y calientan el alma hasta mucho más allá de su muerte de aquel mismo verano.
Nota no tan al margen, porque hablemos de lo que hablemos hoy hay que hablar de los incendios en muchas zonas de nuestro país y en Grecia, Portugal de manera especial y virulenta. Y decir que el cambio climático ya no se puede negar más de forma tan frívola, diciendo que siempre ha habido calor en verano, que hacen falta más medios técnicos y humanos y que los incendios se comienzan a apagar en invierno con planes de prevención y se necesita una coordinación mayor y mejor de la administración.
https://youtu.be/7tSdrL7PZBM?si=lBwb0wElVsjdEYdj Emmanuel • [HD1080p] • Chris Botti (feat. Lucia Micarelli)

sábado, 9 de agosto de 2025

TUS HIJOS NO SON TUS HIJOS

 



Hace un montón de años que descubrí el poema de Khalil Gibran, poeta, filósofo y artista libanés, y desde entonces me ha seguido y perseguido y lo habré citado dos, tres y más de cuatro veces, pero ello no me ha bastado y hoy quiero detenerme en el poema íntegro, en cada palabra y pensamiento, para tomarlo como lección de vida en relación con mis dos hijas, deseando y esperando que le sirva a alguien más en su paternidad o maternidad:
“Tus hijos no son tus hijos, / son hijos e hijas de la vida, /
deseosa de sí misma”.
Así de claro y categórico, sin rodeos, nuestros hijos (mis hijas en mi caso) no son nuestros, es el fluir de la vida que nos lleva y nos trae encantada de sí misma y de conocerse. Ellos son hijos de la vida a la que pertenecemos todos, pero no nuestros, por eso es el mayor de los disparates el de aquellos que se han atrevido a decir: “la maté porque era mía”, ¡estúpido, asesino! aprende de una vez que “ni de Dios, ni de nadie, ni tuya siquiera”, como canta Amancio Prada tomado del poema genial de Agustín García Calvo.
“No vienen de ti, / sino a través de ti, / y aunque estén contigo, / no te pertenecen”.
Hacemos de cauce-puente que, siendo tan poco, es mucho, y servimos de algo tan decisivo y único, pero no nos pertenecen, no son de nuestra propiedad para hacer y deshacer lo que se nos antoje, y ya sabes qué pasa con las cosas que decimos que son nuestras, pues lo mismo, por ello es una fantochada y una memez, como la de aquel señorito rico en tiempos de penuria y posguerra cuando en medio de la plaza sacó un billete de mil pesetas y lo quemó en presencia de sus convecinos alardeando de tener muchos más.
“Puedes darles tu amor, / pero no tus pensamientos, / pues ellos los tienen sus propios pensamientos”.
Puedes darles tu amor, qué menos, todo será poco, pero no intentar que piensen como tú porque ellos tienen el derecho inalienable de pensar por propia cuenta y personalísimo deseo.
“Puedes abrigar sus cuerpos, / pero no sus almas, / porque ellos / viven en la casa del mañana, / que no puedes visitar, / ni siquiera en sueños”.
Sé generoso abrigando y alimentando sus cuerpos y sus almas, pero sabiendo que estas viven en un futuro con el que ni siquiera puedes soñar y es inútil, la vida está hecha así, cada generación debe dar paso a la siguiente. Ellos son los protagonistas de sus proyectos de vida y sus decisiones les pertenecen.
“Puedes esforzarte en ser como ellos, / pero no procures / hacerles semejantes a ti, / porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer”.
Más aún, ellos son los grandes maestros y dueños del futuro que están tocando con las yemas de los dedos, y ese futuro ya no es de los padres, que ya no pueden alcanzar. Y reconoce que ellos, los hijos, pueden ser maestros, y lo son, en multitud de cuestiones y materias.
“Tú eres el arco del cual tus hijos, / como flechas vivas, / son lanzados. / Deja que la inclinación, / en tu mano de arquero, / sea para la felicidad”.
Los padres somos, en efecto, el arco que ayuda a que los hijos sean las flechas que recorren los nuevos cielos y las nuevas tierras, y nos queda con elegancia y grandeza de ánimo desear que lleguen más lejos que nosotros y que vivan en el reino de la felicidad, logrando encontrar su camino a la medida de sus sueños. Únicamente podemos y debemos decirles de todo corazón: Feliz viaje. Queda claro, ¿no?: Tus hijos no son tus hijos.
Nota no tan al margen: Hablemos de lo que hablemos no podemos callar sobre lo que están sufriendo los palestinos: “¿Por qué nos matan de hambre? ¿El mundo seguirá callado ante nuestra muerte lenta sin hacer nada real?” .
https://youtu.be/eGYt7rfGN6M?si=v1DnjfJsENTq5xVm Joan Manuel Serrat - Esos Locos Bajitos (Cover Audio)

miércoles, 6 de agosto de 2025

PASAR DE RICOS A POBRES, UNA TEMPORADA: UNA BENDICIÓN

 

Todos los ricos, y los más ricos, más, tendrían que pasar una temporada por la pobreza, o simplemente por la clase media, y ello por su bien, porque así, tanto en el alma, como en el cuerpo, saldrían beneficiados.
En el cuerpo, a todas luces vistas, dejarían de tener tanta tripa, que les afea hasta a sus parejas, que con dificultad lo soportan, les bajaría el colesterol una burrada y el médico personal les daría una palmadita alegrándose y alegrándoles la mañana, resistirían una buena caminata y al llegar a casa dormirían mucho mejor con un sueño más profundo y relajado, ni se les atascaría tanto la comida y la bebida...
En el alma, ni comparar, los beneficios serían más altos aún: Haber bajado de su pedestal ya les colocaría en el lugar más adecuado a los mortales por el simple hecho de ser mortales, no los amos de la cosa que no les pertenece en sacrosanta propiedad; y se darían cuenta de que pasaban por ahí, como uno más del montón corriente y morondo, lo dice bien claro en un poema potente y precioso Vicente Aleixandre: “Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo, / sentirse bajo el sol, entre los demás, / impelido, llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.”; entenderían de una puñetera vez lo mal que se pasa no llegando a fin de mes con el mísero jornal, o no poder hacer las tres comidas dignas y elementales como Dios manda, rugiéndoles las tripas sin saber a qué vienen tantos gases cuando no hay más que puro vacío, y aprendería de qué va eso. de la empatía; y serían más humildes y más sabios; dejarían de contar melonadas y bravuconerías a sus nietos, y a todo el personal que se les acerca, sin dejar hablar, porque ellos se creyeron siempre los dueños de la palabra, la opinión, el relato, como si fuera palabra de Dios, amén; tendrían más piedad, más compasión, las virtudes más bellas, que nos hacen más humanos, y vergüenza, que nos hace más decentes y dignos; sabrían que la dignidad humana nada tiene que ver con el dinero y el vil metal y brilla, con más brillo y poder en todo ser por el solo hecho de ser que le es dado desde que puso por primera vez sus pies en la cuna de oro, de paja o barro, algo consustancial al ser humano, pues “no depende de ningún tipo de condicionamiento ni de diferencias étnicas, de sexo, de condición social o cualquier otro tipo”; bajaría a la calle y a la plaza que son de todos y se mezclaría saboreando el espesor de lo común, lo que nos iguala a todos en una hermandad gozosa de seres libres y hermanos de sangre y raza, y es por ello por lo que merece respeto y la máxima consideración; y se pondría a hacer un listado urgente de lo que en verdad vale la pena y es lo esencial en todo quehacer humano... y suma y sigue.
No te pierdas, querido lector, entrañable lectora, entre los meandros de estas líneas, solo fue un sueño o cierta locura de la imaginación en una tarde de este loco verano. Aunque ya sabes que siempre hay que leer entre líneas... Les vendría bien, pero es inútil, el mismo Jesús de Nazaret lo vio difícil, vendieron su alma al diablo y prefieren ser ricos, y si pudieran, más ricos que nadie. Quieren siempre más. ¿O no?
Nota no tan al margen, porque hablemos de lo que hablemos hay que levantar la voz contra el genocidio que sufre el pueblo palestino... “Dormimos con hambre, despertamos con hambre y pasamos el día y la noche con hambre, pero lo que más duele es cuando los niños piden pan o algo de comer y no hay nada”.
https://youtu.be/M6kHo0Fg7bc?si=177xcjdgVnWLGq2q NACHO MASTRETTA - Mis sardinitas

sábado, 2 de agosto de 2025

AGOSTO PARA CALMAR LOS ÁNIMOS

 


“Después de un curso político tan bronco hay que dejar que agosto discurra suavemente sobre el sombrero de paja. Un libro, una hamaca, una buena sombra, una brisa agradable, los amigos y el mar. Podría añadir una limonada natural con hielo y hierbabuena con solo alargar la mano. ¿Para qué más? La vida es bella y atroz”. Manuel Vicent.
Así comenzaba Manuel Vicent su artículo último antes de tomarse las vacaciones de agosto y yo me he impuesto la tarea típica de un taller de escritura creativa. No se necesita más para caminar a tu aire y propia cuenta y poder hilvanar un artículo. Nos olvidamos de lo que ha dicho el gran columnista, para mí uno de los mejores y me pongo a ello, desde su impulso primero:
Es bueno dejar el aire bronco, casi irrespirable del parlamento, que debería ser escuela de reconciliación y consenso, buen uso del lenguaje y discursos impecables, y esperar el milagro del otoño como nos llega sin fallar a la cita el milagro de la primavera. ¿Será mucho esperar y de ilusos la esperanza?
De entrada prepararé mi sombrero, ese chulo que mis hijas me regalaron, cuando me vieron que no me despegaba de mi austero de paja, y me aliviará en los días de fuego que se avecinan.
Por supuesto una buena ristra de libros que esperan callados y me regalarán sus palabras como aliento de otras vidas, sentires y pensares, puerta abierta a la conmoción y al buen gusto literario. Ahí están callados, deseando de compañía activa: “Lo que me queda por vivir”, de Elvira Lindo; “El miedo de los niños” y “El verano de Cervantes” de Antonio Muñoz Molina; “Maestros de la felicidad” de Rafael Narbona; “No encuentro mi cara en el espejo” de Fulgencio Argüelles; “Ahora y en la hora” de Héctor Abad..., que no es mucho para abrir el apetito lector. Y serán lecciones de buen hacer y sabio escribir. A buen seguro.
Una buena sombra y una brisa agradable, nada como ello para poner en orden la lectura y que sosiegue los ánimos y dé luz a la mente para que aleje a los más lejanos infiernos todos los fanatismos y todo atisbo de intolerancia por tener la desgracia de ser un muerto de hambre, o a los que eligen un espléndido amor sin despreciar a nadie.
Y los amigos a eso del caer la tarde con unas cervezas frías o un Ribera elegido para combinar bien con lo que se tercie de la despensa. ¿Y el mar? Dichosos quienes disfruten de él en cualquier playa de cualquier costa, que todas tienen su aquel, yo me quedo, como otros muchos, en este mar de pinos en el que igualmente nos sentimos dichosos con el oleaje de su sombra y su brisa al atardecer. Y contra toda desesperanza esperar un pelín, al menos, una esperancilla de que el otoño nos encuentre más ligeros de equipaje y llenas nuestras mochilas de compromiso con la democracia y una convivencia menos asilvestrada, como por fortuna es la que se da, por cierto, en las calles y plazas de este pueblo español bastante civilizado, a día de hoy. Ah, y por supuesto que septiembre o no más allá de octubre termine el horror en Palestina y la guerra de Ucrania, los más grandes atropellos después de la segunda guerra mundial con la que estas dos heridas mortales tanto se asemejan.
Nota no tan al margen: Hablemos de lo que hablemos no podemos callar sobre lo que están sufriendo los palestinos: “Al menos 127 personas han muerto de hambre en Gaza”. Yo no encuentro maldad mayor. Y van ya 60.000 asesinatos. El genocidio servido.
https://youtu.be/lQztztQf8OI?si=7RTIJpFrbAxQv53i Sarasate Zigeunerweisen - Soojin Han, Sihyun Lee

miércoles, 30 de julio de 2025

LAS PEQUEÑAS COSAS

 



Nos salvamos en las pequeñas cosas o no nos salvamos, porque aunque ganáramos 100 grandes trofeos, 200 medallas de oro..., nada serían en comparación con la sonrisa de uno de tus hijos o hijas cuando tienen unos pocos meses o dieciocho años. Y así todo. Porque además, la inmensa mayoría, estamos rodeados de pequeñas cosas, muchas de las cuales son inmensas, ya digo, como esa sonrisa citada, ese café en dulce compañía, esa mirada de ternura hacia esos cantos rodados tomándose precisamente un café tan minúsculo como inexistente, por no decir los pequeños momentos, de la mañana a la noche, todos los días del año y de tu vida entera que, quitando cuatro por decir mucho, todos son diminutos, muy simples, nada complejos, casi-casi desapercibidos, pero algunos de ellos tan intensos que dejaron huella hermosa en la memoria. Con lo que tenemos que dar razón al autor de la viñeta. “¿Las pequeñas cosas? ¿Los pequeños momentos? No son pequeños”.
Siendo como somos, pequeños, una caña pensante, una ligera brisa que nace sin saber cómo y por qué y desaparece con el motivo más leve y la enfermedad más insulsa, que nos lleva por delante, no podíamos más que estar rodeados de pequeñas e insignificantes cosas y de fugaces instantes, incluidos los que se creen más que nadie y por encima de todos: petulantes, soberbios, magantes, reyes y emperadores por un día, líderes perdidos en la niebla de su grandeza mezquina, también pequeños, minúsculos, banales, a la luz de un milenio, rodeados de pequeñas cosas que se doblan y retuercen, ellos también, por un simple dolor de tripa o un leve rasguño en las partes más sensibles. Ridículos cual chupatintas, que se burlan de lo pequeño, creyéndose grandes e importantes, ya en la tripa de sus madres, iguales como todas las demás mal que les pese, y les pesa de tan ridículos como son y devienen con el tiempo.
Pero por fortuna son las cosas pequeñas las que nos hacen grandes y los pequeños momentos los que nos pueden hacer, y de hecho nos hacen, la mar de felices, siendo la mar, ya lo ves, tan inmensa.
“Son aquellas pequeñas cosas, / que nos dejó un tiempo de rosas / en un rincón, / en un papel / o en un cajón... / Que te sonríen tristes y / nos hacen que / lloremos cuando / nadie nos ve”, que cantó como nadie, Serrat.
Pequeñas cosas, pequeños momentos que han quedado para siempre en algunos de los muchos rincones de nuestra memoria para decirnos de lo que estamos hechos y hasta siendo como esos pequeños cantos rodados, por qué me atraerán tanto, vivir felices y únicos esos preciosos momentos, únicos, insustituibles, con cierta dosis de eternidad.
Ya ves, yo solo quería hacer un homenaje a esta pequeñísima-grandiosa escultura en su pequeñez, por ello, lo más sensato, será volver a la viñeta y dejar que pose y repose la mirada contemplativa dejando entre ellos una media sonrisa.
Nota no tan al margen: Hablemos de lo que hablemos debemos levantar la voz para defender a Palestina. “Dos ONG israelíes acusan a su país de cometer un genocidio en la Franja”. A los que deseamos que el peso de la Justicia Internacional caiga sobre Netanyahu y algunos de sus ministros, esta noticia nos alivia y alegra. En contra de los que se pasan la vida discutiendo si son galgos o podencos: Es genocidio. Muy de acuerdo con esas ONG.
https://youtu.be/UWVns-3nWOs?si=dK8-ybgW4pALEGE3 'Aquellas Pequeñas Cosas' Serrat y Soledad Pastorutti ¡Qué pequeñita canción más maravillosa! ¡Y qué interpretación a dúo, santo cielo!

sábado, 26 de julio de 2025

¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL DIALOGAR Y DEBATIR?

 En tiempos de gran polarización como la actual y temor de tocar algunos temas en la conversación aun en familia es urgente afinar el juicio, dotar a los argumentos del peso específico más elemental y el uso necesario en todo momento de la inteligencia a favor de la verdad.

No he tenido más remedio que enzarzarme en Facebook defendiendo a mi escritor predilecto porque lo considero como uno de los mejores escritores actuales, si no el mejor, y da la casualidad de que he leído con atención y deleite prácticamente toda su obra, no otro que Antonio Muñoz Molina, ante un discurso sobre él basado en juicios con escaso fundamento o argumentos ad hominem que, como dice Ignacio Sánchez Cuenca, catedrático de Ciencia Política, “son buenos cuando no se trata de buscar la verdad, sino de desacreditar al rival”, (y así, en vez de juzgar la obra, se insulta al personaje) tales como que ya es viejo, ¡con 69 años!, un plasta, sin más, que no pudo terminar “El Jinete polaco”, que no será tan bueno porque no le han concedido el premio Cervantes, santo Dios, ignorando que a muchos-inmensos escritores de todos los tiempos no les ha caído el premio Nobel. Y así, tan frescos despachamos el asunto, nos despachamos a gusto y ay de nosotros si alguien se atreve a llevarnos la contraria, porque aumenta el nivel de insolencia, vehemencia al por mayor, y más razonamientos pedestres, sin hablar de gustos a los que todo el mundo tiene el derecho de tener y hasta defender, pero ese es otro cantar. Puede que no te guste Picasso y hasta Cervantes o Juan Sebastián Bach, pero de ahí a despacharte a tus anchas diciendo que son unos plastas, que no son para tanto y que además están pasados como pasaron los dinosaurios, y nada tienen que ver con el mundo actual, no me diréis que no es un disparate monumental.
Así que lo primero, dejar la vehemencia bajo llave, tu punto de vista en tela de juicio y a merced de otros puntos de vista más y mejor documentados, desde la duda tan certera y saludable y lejos de las certezas absolutas, que tanto daño suelen ocasionar, y lo segundo dejar y permitir que el otro hable, desarrolle su idea con el tiempo que precise, sin cortarle o estigmatizarle porque no es ni de nuestra cuerda ni de los nuestros y lejos de nuestras ideas más personales y nuestros gustos más queridos.
¿Por qué es tan difícil dialogar y debatir? Porque vamos más a lo nuestro que en busca de la verdad; porque en lugar de escuchar preferimos buscar en nuestros bolsillos las piedras para lanzárselas a quien se atreva llevarnos la contraria; porque nos cuesta meternos en la piel de los otros y nos cuesta descender de nuestro pedestal. Pero reconoce conmigo que hay gente que no se baja de su pedestal ni a tiros y vocifera sus opiniones como si fueran verdades absolutas.
Y necesitamos más que nunca dialogar y debatir de forma pacífica y racional, es decir: sin sacar los puños, usando mucho más la mente dispuesta y predispuesta al raciocinio. Algo tan elemental, por qué se nos hará tan difícil...
Nota no tan al margen, porque hablemos de lo que hablemos hay que levantar la voz contra el genocidio que sufre el pueblo palestino desde cualquier rincón de planeta. Tamaña atrocidad no debe silenciarse jamás. Y cada día que pasa es más insoportable. "Europa ha perdido el alma en Gaza (...) No comprendo cómo hay países que siguen dándole armas a Israel para que continúe matando miles de niños", ha dicho Josep Borrell. Totalmente de acuerdo.
https://youtu.be/xsi-gb3m87U?si=E6TYQdn9asgw9ufX Mercedes Sosa y Soledad Pastorutti - Zamba para olvidarte - (Inmensas las dos)

miércoles, 23 de julio de 2025

EL EDADISMO

 



La discriminación por la edad de las personas mayores va desde las formas más descaradas: viejos, sinónimo de carca, carcamal, trasto inútil, fuera de onda, acabado, viejo verde..., hasta la más frecuente bienintencionada “qué bien te veo”, pero tal vez en exceso halagüeña, eclipsando los ecos de otros tiempos en los que las personas mayores eran consideradas como personas activas, sabias y ejemplo de prudencia, templanza y serenidad.
El edadismo es claramente discriminador dando valor a los prejuicios y estereotipos que se han ido acoplando a la edad avanzada olvidando que estamos ante un colectivo, el más heterogéneo de todas las edades: de los 60 a los 100 nos hallamos ante mundos de una diferencia abismal y ni caben en el mismo lote vital ni en el mismo campo de estudio e investigación.
Comienza por uno mismo con expresiones como: Yo ya, a mi edad, no valgo para nada, todo son achaques y goteras, ser viejo es lo peor... Y desde fuera con gestos altaneros, de suficiencia o desprecio a las personas por el simple hecho de haber cumplido muchos años: dónde querrá ir a su edad, si le quedan tres telediarios..., o con tono paternalista: nuestros mayores, nuestros abuelos..., todo lo contrario de lo que decía el Dr. Gómez Bosque de la Universidad de Valladolid cuando se refería a estas edades: “ricos en años y en experiencia”. Como actitudes sutiles de infantilización, sobreprotección, infravaloración de sus capacidades reales o los demás decidiendo por él pensando que así le está ayudando. Por ello bienvenido el anuncio de la OMS al considerar urgente intervenir con políticas públicas sostenidas, reformas legislativas, acciones educativas y estrategias de comunicación que combatan estos prejuicios.
Ya en 1968, Robert Butler, fundador del Instituto Nacional de la Edad, haciendo alusión a la discriminación por la edad, dijo: “Es una indignación. Es como el racismo. Es edadismo”. Y así es como comenzó a utilizarse esta palabra.
Recientemente, Guido Stein, profesor de filosofía y dirección de empresas en la Universidad de Navarra ha escrito esto de tanto interés: “Los mayores jóvenes (Los Yolds, en torno a los 60) no solo pueden aprender, innovar, rendir y adaptarse: lo hacen con eficacia cuando se les otorgan condiciones justas, libres de prejuicios y basadas en el mérito. La juventud y la madurez se fecundan mutuamente. Dejar de ver la edad como barrera es comenzar a verlas como horizonte. En ese cambio de mirada se abre la posibilidad de un proyecto compartido, donde las generaciones no compiten, sino que convergen”.
Y como se hace camino al andar a ello se han puesto profesores y estudiantes de la Universidad de Valladolid que han celebrado durante un año y como colofón la IV Jornada Intergeneracional con la participación de personas mayores. Organizados en equipos han organizado talleres de memoria, actividades de estimulación cognitiva, alfabetización digital, clubes de lectura, recorridos históricos pos la ciudad, sesiones de reminiscencia autobiográfica y espacios de diálogo sobre derechos sociales, participación y discriminación por la edad. El lema: “Ninguna edad sobra. Todos contamos”. Estamos en ello, oportuna y justa es toda lucha contra la discriminación contra el diferente, el color de la piel, la orientación sexual y por ser niño, joven, adulto, persona mayor, anciano... porque, ya lo sabes, ninguna edad sobra, todos contamos.
Nota no tan al margen, porque hablemos de lo que hablemos hay que levantar la voz contra el genocidio que sufre el pueblo palestino desde cualquier rincón de planeta. Tamaña atrocidad no debe silenciarse jamás. Será el final a partir de ahora.
https://youtu.be/9OJzrPRk2ng?si=ZGwF8BEdTS4-Eyr9 KATICA ILLÉNYI Tango Por Una Cabeza 2016
https://youtu.be/NieZpTvtTPw?si=e9vg_3OMf86vejF4 KATICA ILLÉNYI - Fascination Waltz Y digo yo: ¿Cómo nos disfrutar con un tango y un vals interpretados con tamaña excelsitud? Y más en la edad madura.