sábado, 14 de junio de 2025

ANCIANOS PERDIDOS Y ENCONTRADOS

 



Un lunes de este mes de junio, una pareja de ancianos salió a pasear por el barrio de Leganés. Hacía ya mucho calor en Madrid. Los dos ancianos, enfermos de Alzheimer, se desorientaron, lógicamente, y se perdieron. Uno, encontrado en una zanja de dos metros de profundidad. Un dron encontró a la mujer, hecha un ovillo, en un descampado tendida en el suelo. Hasta aquí la noticia.
Ahora ya podemos hilvanar y contemplarla en paralelo a las historias que muchos conocemos de familiares, amigos o vecinos, que sufren esa cruel enfermedad, a mi modo de ver de las más graves, no para ellos, que no se enteran, sobre todo en las últimas etapas, sino para los familiares a quienes ellos ya no conocen y los confunden con cualquiera. Son los efectos del tsunami que pasa por sus cabezas llevándose la memoria, el juicio y todo pensamiento. Más toda su autonomía para caminar, comer y asearse como aprendieron de niños. To do a merced de los otros y en sus manos. Ellos se han convertido en pobres seres vegetales totalmente dependientes.
Solo queda el pensar y sentir humanísimo de quienes los sostienen con fuerza, piedad y compasión. Ello no se enteran, pero “yo sí” suelen decir todos, y estar a su lado les da un hondo sentido a su vida.
Cómo no recordar a mi hermana Lola, la más lista y guapa de los 6 hermanos, que me decía solo dos o tres años antes de fallecer al despedirme: adiós majo, y poco después, ya nada, al principio una leve sonrisa, cuando la veía cada mañana de domingo con uno de sus hijos, y después el silencio atronador desde su lejanía infinita.
Frente a la noticia escueta, en un rincón de la prensa, habría que hacerse algunas preguntas pertinentes: ¿El suceso fue inevitable? ¿No tenían cuidadores al tanto de sus salidas y entradas? ¿Y en el caso de estar en una Residencia de ancianos tan fácil es escaparse sin que nadie se diera cuenta? Si estaban en casa, ¿por qué se encontraban tan solos? Preguntas que duelen en lo más íntimo y humano.
https://youtu.be/enXnt6rit5M?si=wbwB1eAKiV1AlqNj Ara Malikian y Manolo Carrasco. Arabesca

1 comentario:

Una alumna dijo...

Todas las erfermedades son malas.Claro que el Alzheimer es horrorosa, el ver que tus seres queridos no te conocen...cuando has estado contigo toda su vida, y qué decir de una insuficiencia renal que te ata a una máquina a algunos de por vida y si no tienes suerte de un pronto trasplante, poco a poco mueres muy joven y las 3ªs, los cánceres que ¿pueden desaparecer con quimio? Y son niños, jóvenes no muy mayores...A mi profe me ha tocado vivir en mi gente las tres cosas y no sé cuál de ellas me ha hecho sufrir más. Yo me quejo más de su sufrimiento que de el mío. Un abrazo profe.