Cuando uno cumple 86 tacos, que ya son tacos, nota que le pesan no tanto los años como las piernas, que le van saliendo agujeros por todos los costados, por el frente y por detrás, que chirrían los huesos todos pareciendo que encajaran mal, que quisieras más de casi todo, pero ya no llegas, o para qué..., aunque enfrente de ello adviertes que la mente funciona casi mejor que nunca, que tu pasión es la lectura y la escritura y lees y escribes infinitamente más que en otras décadas, y sigues enganchándote a la vida y sus pasiones, a los buenos momentos que no quieres por nada del mundo que pasen sin haberlos disfrutado con intensidad
Y que lo que importa es que sigas agradeciendo al pasado con lo más granado que te tocó de cerca, que el día a día y cada noche sean vividos dándote cuenta de que cada minuto es inexorable y es el que te toca en suerte para degustarlo, disfrutarlo y que sea vivido como el primero y el último. Y que lo que viene, a pesar de tu poca fe, se lo pedirías a todos los dioses del universo, te sorprenda favorablemente y añada más emociones positivas a tu biografía más particular.
¿En este momento qué me gustaría más?
Sin lugar a duda que termine ya el genocidio de Gaza y que su tierra nadie, ni ningún nuevo emperador, se la arrebate, que le llegue cuanto antes la paz justa a Ucrania y que los cuervos que merodean por sus fronteras no se lleven ningún bocado de sus tierras y sus bienes y que puedan hacer de su capa un sayo, tanto si quieren unirse a Europa, pertenecer a la OTAN, ser un pueblo soberano y volver cuanto antes a la alegría de vivir en su tierra.
Que Valencia pueda pasar pronto el duelo porque quienes gobiernan lo hacen con más decencia, mucha más responsabilidad y competencia en el arte de la gestión de la cosa pública y que la justicia caiga donde tenga que caer.
Que las fronteras, todas, estén, abiertas para que la gente entre con orden y concierto en la casa de todos, que así es la tierra, los mares, los ríos y el sol que calienta a todo el mundo sin mirar sus colores y sus diferencias levísimas. Y que cuando comamos las fresas y otras frutas no olvidemos a los que las recogen con sueldos abreviados y hasta miserables.
Que sigamos, al levantarnos, dándonos los buenos días con una leve sonrisa, las gracias por los más mínimos detalles que los otros tienen con nosotros, por ejemplo al servirnos un café, a los que se detienen para que crucemos la calle..., que no nos cueste tanto pedir perdón, que recibamos lecciones de todos, porque todos, menos los sinvergüenzas, pueden darnos lecciones en el buen hacer y pensar, que siga luciendo el sol para todos, que la luna llena resplandezca como siempre y se lleve las malas sombras, que la primavera llegue aunque nadie sepa cómo ha sido, pero que en su esplendor nos anime a celebrar la belleza de las flores, el rejuvenecimiento y resurrección de todo cuanto dormía o parecía muerto..., y que yo siga pasando por encima de los achaques propios de la edad, continúe leyendo y escribiendo, como siempre o al menos como en esta última etapa, que ha ido a más, tomando los vinos con los amigos de muchos años, coordinando y dirigiendo los talleres de escritura creativa hasta que el cuerpo aguante y la mente esté donde tiene que estar, siga escuchando mucha y buena música y un largo-larguísimo etcétera..., para no cansaros más.
https://youtu.be/LZn_JFIPMGo?si=3sZBbOF-B1cb-x1t va Zanicchi - La Orilla Blanca, La Orilla Negra (1982)
1 comentario:
Qué maravilla, vaya lista de peticiones, no sé si te será o nos será concedido. Todos tenían que tener el corazón y las ganas de tener esa PAZ y esa igualdad que muchos deseamos. Seguro que contigo se podría... Qué cumplas muchos más para disfrutar esos escritos tuyos.
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