miércoles, 29 de enero de 2025

LA OBISPA QUE SE ENFRENTÓ A TRUMP

 



En estos tiempos, también hay que atreverse a pensar, a decir, a gritar, cuando es necesario, y a proclamar piedad, compasión y misericordia contra la barbarie, venga de donde venga y más si viene del amo del mundo.
Mariann Budde, obispa episcopaliana, historiadora, graduada con honores, de 65 años, casada y con dos hijos, baja de estatura, pequeño David, que se enfrentó a Goliat, el nuevo dueño de todo, y con muchos delitos a las espaldas, para más señas, Donald Trump, y no le tembló ni el pulso ni la voz. Se atrevió a pensar, a decir alto y claro y enfrentarse pidiendo piedad y compasión. Y fue además al grano y a derecho:
“En nombre de Dios”, le pidió que tenga “piedad de las personas que tienen miedo ahora”. “Hay niños gais, lesbianas y transexuales en familias demócratas, republicanas e independientes. Algunos temen por sus vidas”, afirmó.
Pero él no escuchaba, porque no sabe qué es eso, preparaba su rebuzno: "Odiadora de extrema izquierda" fue su comentario.
La Obispa avanzaba en su discurso, implacable y demoledor:
“Déjeme hacer un último ruego, por favor, señor presidente. Millones [de personas] han depositado su confianza en usted, y como usted mismo dijo ayer a la nación, ha sentido la mano providencial de un Dios amoroso”, dijo, en vista de que Trump había asegurado la víspera en su discurso de investidura que una intervención divina lo había salvado de su primer intento de asesinato, cuando una bala le rozó la oreja derecha en un mitin.
Pidió que “tuviera piedad de la gente que tiene miedo ahora”. Se refería, lo aclaró a continuación, a la comunidad LGTBI+, a los trabajadores migrantes indocumentados, a los refugiados y al resto de colectivos vulnerables que están en el punto de mira de la nueva Administración.
“Le pido que tenga piedad, señor presidente”, insistió, “con aquellos cuyos hijos temen que se lleven a sus padres, y que ayude a aquellos que huyen de zonas de guerra y persecución en sus propias tierras a encontrar compasión y acogida aquí”.
“No me pareció un buen servicio. Podrían hacerlo mucho mejor”, dijo a una periodista: Nuevo insulto a la inteligencia y la compasión. Más aún: “Su tono era desagradable y no era convincente ni inteligente. Aparte de sus declaraciones inapropiadas, el servicio fue muy aburrido y poco inspirador. ¡No es muy buena en su trabajo! ¡Ella y su iglesia le deben una disculpa al público!”. Lo de siempre, salirse por los Cerros de Úbeda con argumentos ad hominem, del estilo no me gusta su peinado, no es inteligente, no es buena en su trabajo, tiene los pies planos, además, etc. etc., esos son los argumentos ad hominem.
Quince minutos, para qué más, y nada aburridos, en los que contrastó con la crueldad de Trump y sus miserias, de quien es ya un peligro mundial.
La religiosa abogó por los inmigrantes indocumentados, ante la inminencia de una serie de redadas en ciudades de todo el país, previas a la deportación masiva que lleva meses prometiendo el nuevo presidente. También pidió por los refugiados. Son “miembros fieles de nuestras iglesias y mezquitas, sinagogas y templos”.
... Y nos reconcilió a muchos con lo mejor del ser humano y su valentía en las mejores ocasiones, sin necesidad de ser de extrema izquierda, ni ella ni nosotros, no se confunda Vd. y trate de alimentar a sus acólitos y seguidores.
https://youtu.be/5W7_xIzZBIs?si=LouaX5Ic4NhS4MZS Djordje Balasevic - Sevdalinka - (Live) - (Narodno pozoriste, Beograd)

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