miércoles, 31 de julio de 2024

TODOS A LA ESCUELA DEL ALMA

 




Si uno se encuentra nada más pasar el umbral de la portada lo que va a ser el contenido de este libro “La escuela del alma” de Josep María Esquirol, irá rápidamente a por el lápiz, como hizo otras tres veces, para subrayar los otros tres libros del mismo autor, en los que el lápiz no paró, porque había que subrayar casi todo. Eran y son: “La resistencia íntima”. “La penúltima bondad” y “Humano, más humano”.
Este es el contenido de “La escuela del alma”:
I. Felices los que van a la escuela: cruzarán el umbral
II. Felices los que encuentran buenos maestros: se acordarán de ellos
III. Felices los que van contra el destino: ya son origen
IV. Felices los que prestan atención: entrena un espíritu para recibir
V. Felices los que hacen amigos de trazos, números, palabras o gestos: serán fuente
VI. Felices los que no hacen mal a los demás: hacen ya mucho bien
VII. Felices los que, al cabo de los años, siguen atentos al mundo: verán el camino
VIII. Felices los que siguen atentos a la vida: verán la manera
IX. Felices los que vuelven a la escuela del alma: tomarán apuntes en una libreta
X. El último día del curso
Y efectivamente, este catedrático de filosofía de la Universidad de Barcelona no falla y, en cuanto me he puesto a la tarea de navegar por sus páginas, lápiz en ristre, he comenzado a disfrutar con cada página, qué digo, con cada línea.
Que nadie se asuste al leer que estamos ante un filósofo, porque de él habría que decir lo que se lee en el prólogo al Don Quijote, en el que un amigo imaginario aconseja a Cervantes que escriba “a la llana, con palabras significantes, honestas y bien colocadas”. Y en el maestro Esquirol encontramos a la llana, palabras significantes, honestas y bien colocadas, y muy sabias, muy profundas y la mar de sabrosas para la mente sedienta y con no poca hambre.
Me he puesto a leer con calma deliberada, sin ninguna prisa, lápiz en mano, y estoy recibiendo, a mis 85 tacos cumplidos, una de las mejores lecciones de mi vida. Este escritor, es profesor y, sobre todo, maestro que no manda, encomienda y contagia, ayuda a crecer, a descubrir el mundo y las cosas del mundo, a celebrar el mundo y a cuidarlo, que es como dice que tiene que ser un buen maestro.
Pero ¿qué es la escuela del alma? Tomo algo de lo mucho que he ido subrayando:
Es un lugar donde se entrena el prestar atención a las cosas del mundo y a los demás.
Donde se indica el camino que lleva a la madurez, que consiste en dar frutos.
Donde se cultiva la claridad, la calidez y la no indiferencia (el reino de la amenaza de la inhumanidad, de la frialdad, de la insensibilidad, de la oscuridad, de la confusión y de cualquier tipo de totalitarismo). El cultivo de la atención, del umbral, del origen, del encuentro, de la bondad, de la vida espiritual y comunitaria.
La escuela del alma rechaza cualquier sombra de violencia, ni puede permanecer ajena a la invasión de la barbarie. Su primera determinación es no incrementar el infierno, el “no matarás” bíblico y el “no hacer mal” socrático.
Es un lugar donde el alma empieza a hacer camino.
Es una escuela para toda la vida, acompaña y cuida, cultiva el alma, indica y muestra, enseña a resistir, a cantar y a celebrar vivir juntos, convertirse en fuente, poeta y obrero del mundo e ir encontrando la buena manera de vivir.
La navegación está siendo fascinante, te lo aseguro, y gozosa, en cada página, en cada párrafo, en cada palabra. Muy recomendable para los maestros, que de una o de otra forma, algo somos todos en algo, y lo mismo o más para los alumnos, que en su totalidad nadie se salva de no serlo, desde que abrimos los ojos a la vida hasta que nos los cierran en nuestro final, y así con la ayuda de los otros vamos haciendo el camino al andar, que es el vivir. Cada uno el suyo.
https://youtu.be/ssqVqKuYc4o?si=894ioXf4IXmKr2t6 Laura de los Ángeles - "MI ABUELA CARMEN" Videoclip Oficial HD

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