Nunca entendí, desde el uso de la razón crítica, aquello de que Israel era el pueblo elegido de Dios, “le amó como un esposo a una esposa”, y siempre me ha escandalizado el grito nacionalista, porque siempre se grita y no deja de ser un tanto excluyente, “Dios salve a Améríca”, como en estos días no deja de desasosegarme el “Dios salve al Rey”, y de tener que elegir escogería mejor un “Que Dios nos salve”, el título del artículo dominical de mi admirada Elvira Lindo, que termina con este acertado desparpajo: “Vaya papanatismo insoportable el desplegado en torno a Su Majestad”. Exacto. Que Dios, si es que tiene que salvarnos de algo, nos salve a todos de la fanfarria, del ruido y las salvas, las voces engoladas propias del No-Do, manifestando su tributo y homenaje almibarado sin ningún espacio a la crítica y de tanta parafernalia, de todos los medios de comunicación, sin excepción, o apenas, dándonos la noticia y sus bifurcaciones múltiples a toneladas hasta el hartazgo, de todos los discursos que lleven el germen de la exclusión y de paso del escandaloso mas reparto de los bienes de esta tierra.
“Mientras no cambien los dioses nada habrá cambiado”, escribió el sabio y gran escritor Rafael Sánchez Ferlosio, aunque yo diría, más bien, mientras no cambien los creadores o los intérpretes de los dioses, y habría que añadir con las misma convicción, mientras no cambien los discursos, mensajes navideños, lutos de menos-lutos de más, hábitos y costumbres, palabras huecas y palabras necias, gestos altivos, sermones de ayer y homilías de siempre, lugares comunes, chistes mohosos, panes y circos, fiestas populares ancestrales, instituciones anquilosadas, muchas tradiciones de hace un par de días o de hace mil siglos...
Escribamos, cien veces, si hiciera falta, y hace mucha falta, creo yo, insistiendo:
Mientras no cambien los dioses nada habrá cambiado, y discursos, mensajes navideños, lutos de menos-lutos de más, hábitos y costumbres, palabras huecas y palabras necias, gestos altivos, sermones de ayer y homilías de siempre, lugares comunes, chistes mohosos, panes y circos, fiestas populares ancestrales, instituciones anquilosadas, muchas tradiciones de hace un par de días o de hace mil siglos...
Nota no tal margen: Solo para subrayar esta frase de Enric González, a raíz de la muerte de la reina Isabel II: “La duda es si una sociedad moderna puede seguir en un marco tradicional, a veces incluso medieval, como el de las instituciones británicas”. Sí, esa es la duda, y una duda más que racional y oportuna. Y, en efecto, parece que los nuevos aires van cambiando incluso en el Reino Unido. Seguro que los nuevos aires serán buenos aires.
https://youtu.be/wOW1348VYDE Dimitri Shostakovich - Romanza for viola and piano from "The Gadfly"
1 comentario:
A ver si es verdad que llegan nuevos aires, aires frescos y novedosos...
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