miércoles, 8 de junio de 2022

LA ETERNIDAD DEL ARTE Y TU SONRISA

 




(Hoy adelantamos la cita un día)
Al contemplar la Capilla Sixtina de la Cueva de Altamira, Miguel Torga, extasiado y conmovido, comenta la fuerza milagrosa y gratuita del arte que busca suplir la temporalidad de la vida con la intemporalidad de la belleza. Y así es: murieron y pasaron los artistas, que lo eran, de Altamira, pero su obra ha trascendido y se ha colocado fuera del tiempo, llegando a ser poco menos que eterna, o eterna a secas, porque no ha muerto y es difícil que muera. Lleva el signo de lo eterno. Como es difícil que muera para siempre, no muere, el Moisés de Miguel Ángel, el Quijote de Cervantes, las Sinfonías de Beethoven, el Romancero gitano de Lorca...
Nada importan los motivos de los pintores del arte rupestre del paleolítico, ante la innovación y puesta en escena de un arte por encima del tiempo y que se acerca de forma imperiosa a lo trascendente, iniciando una etapa verdaderamente insólita y excelsa de estar los humanos en el mundo.
Así comenta el escritor portugués el hecho de Altamira:
“Primer y gigantesco fresco de la verdadera creación de la vida -representada no por Dios tocando a Adán con su dedo divino, sino por Adán describiendo las espinas de su lucha fuera del paraíso-, aquí comienza el camino de la gran peregrinación del genio a través de la tierra: conciencia dramática de nuestro destino de permanentes cazadores en las selvas de la naturaleza, y lúcido don de revelar en formas maravillosas esa conciencia”. “Diario (1932-1987) Hay que leer, dos tres veces, este párrafo, porque tiene su miga.
Y lo mismo dígase de la sonrisa de tus hijos o tu nieto al despertarse, la mano extendida que solicita ayuda y rápidamente encuentra dos manos solidarias, esa comida que se ha salido de madre porque había que celebrar un acontecimiento familiar importante, los abrazos, nunca a destiempo, que llevan lo mejor de ti y son correspondidos con igual intensidad, o esa actividad conjunta en el que ha brillado la actividad misma y todos a una con ella... Si ningún cabello se cae de tu cabeza sin el consentimiento del Padre Eterno, que dijera el mayor de los profetas, ¿cómo va a perderse en el mundo de la nada y del olvido lo más inolvidable y humano de lo humano? Y no se pierde, eso es lo que yo creo, queda grabado en el disco duro de universo. Nunca es vano el canto de los pájaros y no se pierde en el vacío, como tu risa, tu generosidad, tu perdón, tu amistad...
¡Cómo va a morir esta melodía! https://youtu.be/0bjB-IWEYI0 Schubert – Serenade

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