domingo, 23 de enero de 2022

PALABRAS - PALABROS

 

Procrastinar. Comienzo con la que menos me gusta, más que palabra, esta sí que es un palabro, difícil por dura y lo áspera que se queda la boca al pronunciarla. ¿No había otra mejor para sintetizar en una palabra la idea de su significado: No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, como diferir o aplazar como dice el diccionario de la RAE? No pienso utilizarla ni de coña.
Empoderar, lo siento, pero esta sí que es un palabro en toda regla que me resulta hasta desagradable. No sé por qué se ha puesto tan de moda, lo ignoro. Y ya sabes que es la capacidad de salir de una situación vulnerable de una persona o un grupo y acrecentar su potencial.
Poner en valor, es tremenda la expresión y hace furor en la clase política, con lo bien que está, y sobra, el verbo valorar. No soy nadie para aconsejar y no me gusta además, pero por favor, no uses esos tres palabros que nada añaden ni complementan al genuino VALORAR, así, a secas, limpiamente.
Autocuidados, que la misma Najat El Hachmi, estupenda escritora española de origen marroquí, llama precisamente “palabro” al referirse a los test de antígenos que uno debe hacerse, para pasar, no tardando, a que nos diagnostiquemos nosotros mismos cualquier otra dolencia. ¡Peligro!
Gilipollas, es feo, malsonante, dicho además con el rostro bien marcado y descompuesto, que por muy gilipollas que sea un individuo no se merece que le despreciemos tan bajo.
Pollaboba, es decir, persona imbécil y cretina, que un político de cuyo nombre prefiero olvidar llamara así al ministro de consumo, Alberto Garzón, con el que el político canario se ha lucido.
Autoestima, se puso de moda ya hace unos años y venía a sacar lo mejor de nosotros mismos y valorarlo, sin más, pero ha devenido en uno de los palabros más bajos en la cotización mundial de las palabras, cuando personajes de la talla de Trump, Bolsonaro, Jonson, Djokovic..., a quienes se les ha subido tanto a la cabeza y con tanto engreimiento, soberbia e infantilidad que da pavor el dichoso palabro. ¡Ojo con su uso!
Más ganadería y menos comunismo, todo el conjunto es una expresión que puede ganar el mayor de los premios del desprestigio lingüístico de todos los tiempos, por su altura, rayando en la mayor de las imbecilidades y más lerdo sinsentido. Por favor, ¿quiere Vd., decirme que significa tan lograda majadería?
Ride, bike, tape, spike... de una canción de Rosalía, que para mí se la hizo Reina por un día, y se lo creyó, esta sarta de palabros en una de sus últimas canciones: “Te quiero ride, como mi bike / Hazme un tape, modo spike / Yo la batí / hasta que se montó / Segundo es chingarte / lo primero Dios”. La estupidez es muy atrevida. ¡Venga ya! Hoy ha escrito sobre el tema un buen artículo Elvira Lindo
Y mojiganga que es más bella que lo que parece, fonéticamente, al menos, pero se convierte en palabro cuando la hacemos referirse a lo que es: pura farsa, mascarada, tosca grosería adobada de estrépito y ruido con aires bufos, ejemplos mil, que puedes elegir de la vida cotidiana y actual. La filóloga Lola Pons, ante la avalancha de elecciones que nos vienen en los próximos meses, y los espectáculos que ya estamos viendo, nos amenazaba, con buen ojo clínico, hace unos días, diciendo que esta mojiganga viene para quedarse. Avisados estamos.
Dos versiones de una canción mítica:
https://youtu.be/28f9bqklFeo Moon River - London FILMharmonic Orchestra
https://youtu.be/C9YDR1260Zc Moon River by Andy Williams with Lyrics (Best version)

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