viernes, 30 de noviembre de 2018

SE ENTIENDE QUE LE TAPE LOS OJOS


No le gusta lo que está viendo, con tan pocos años ha visto demasiado y no quiere que su muñeca lo vea.
Alguien ha colocado esa frase de Eduardo Galeano que, como todas las suyas, hace puntería: “La pobreza no estalla como las bombas, ni suena como los tiros”, es más sutil, más silenciosa, clama al cielo y el cielo suele callar, llega hasta el fondo de nuestras miradas y, no siempre obtiene respuesta, otras veces, sí, pues según las últimas estadísticas nos dicen que España es un país solidario y yo lo creo.
La imagen está ahí a merced del mejor postor y caben muchas interpretaciones y muchos pies de foto. El tuyo, el mío y el de aquel.
Yo me quedo con el inicio del artículo: Es demasiado desagradable lo que está contemplando y así día tras día y muchos días y muchas noches y quiere resguardar a su muñeca. Y por eso le tapa los ojos, es algo instintivo, lo haría su madre con ella, quizá lo ha hecho muchas veces y ella ha aprendido la lección. La realidad cuando viene tan torcida hace daño y cuando los años son tan tiernos, tan frágiles, no merece la pena enfrentarse a ella, tienes todas las de perder, y puede hasta destrozarte y aniquilarte. Nos gustaría enmendarle la plana a este mundo, no al mundo en general, demasiado grande, sino a este nuestro pequeño mundo: el de las pensiones, la salud pública y los colegios, parte importante de la Justicia, que ha descarrilado y se ha puesto al lado de los Bancos con el asunto feo de las hipotecas, y aun sabiendo que tenemos pocas fuerzas, lo que no podemos es cerrar los ojos, se entiende que esa niña se los cierre a su muñeca, pero nosotros somos mayorcitos para ejercer de avestruces, y desde nuestra debilidad la salida es la calle, que es nuestra, y en cualquier momento decir no, que significa mucho y es muy importante, y gritarle al viento que primero son los niños, las mujeres y los viejos, los más débiles y los desahuciados sin casa y sin futuro, porque sin casa y sin futuro no hay vida digna y decente que llevarse a la boca.
Propio de adultos, esta niña lo será y se lo exigiremos, está en no tapar los ojos a la realidad aunque duela, ni callarse aunque nos apunten con el dedo quienes apuntan con sus dardos a quienes no comulgan con sus mismas hostias.
... de adultos es no mear la cama ni achicarse, sino rebelarse ante el desorden, los malos modales, la falta de civismo y la injusticia, ni tenerle miedo al jefe autoritario, que suele ser con frecuencia bastante mequetrefe.
... de adultos es mirar a las cosas como vienen y enfrentarse a ellas y hasta enseñarle a esa niña que, pase lo que pase, duela cuanto duela, quizá sea mejor, es mejor, acostumbrar a que su muñeca se enfrente a la realidad por muy asquerosa y fea que se presente. Ella es valiente y, aunque con una mueca de miedo, susto y a punto de soltar las lágrimas, le está plantando cara. Creo que es bueno que algunos libros duelan, algunas películas nos remuevan por dentro y por fuera. Es hermoso y saludable contemplar un bello paisaje, y es necesario para nuestra salud mental y ética, detenerse ante la tragedia hasta que penetre muy dentro y no tiene justificación que cerremos los ojos al dolor de los otros. Porque sencillamente nada de lo humano no es ajeno.

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