Algún día saldremos
de la crisis, si bien con heridas hasta las cejas, más unos que otros, o más
bien, muchos muy heridos y algunos, sanos, salvos y con mejor lustre y más
dinero en sus cuentas bancarias, pero saldremos, y tendremos que mirarnos hacia
adentro y ver si hemos aprendido algo en el camino, si al final sirvió de algo
lo sufrido, lo amañado y lo juzgado. Pero nos va a costar aprender la lección y
salir de esta cloaca de mierda, chorizos, pícaros y golfos y de un país con un
tufo que apesta. Saldremos de ésta, pero no porque lo digan el Gobierno y el
Banco de España, que repiten como un mantra que lo peor ya ha pasado y no se lo
creen ni los suyos.
Porque...
¿Seguiremos
pensando que lo que importa en esta vida es tener más y más y más... y mucho
más, a costa de quien sea y como sea?
¿Continuaremos
creyendo más en la suerte y en las quinielas que en el trabajo de nuestro pan
de cada amanecer y la pasión en lo que nos toca hacer?
¿Ansiaremos la
jubilación, como hasta ahora algunos, aun antes de haber comenzado a rendir?
¿Volveremos a
mirar a los negros, a las mujeres, a los gitanos, a los del este y a los del
norte de África... por encima de los hombros, con desprecio, animadversión y
odio salvaje y despreciable por ser odio al otro que tiene las misma dignidad o
mucho más que tú, que yo, que todos nosotros juntos?
¿Seguiremos
aplaudiendo, y votando por lo tanto, a políticos corruptos, cínicos,
mentirosos, penosamente preparados, sin cualificación alguna y botarates de
tres al cuarto?
¿Nos lavaremos
una vez más las manos, a lo Pilatos, cuando asoma a nuestra puerta la
desigualdad y el desorden y dejaremos las cosas importantes de la vida como es
el gobierno del país y la gestión de las cosas públicas en manos de mediocres y
deshonestos?
¿Seguiremos
confundiendo la velocidad con el tocino, la religión con la ciencia, las clases
de religión con la educación para la ciudadanía, la escuela y la sanidad
públicas con los intereses de la privada?
¿Continuaremos
cantándole milongas a la luna, a los niños y a los jubilados, mintiendo como
bellacos y apuntando con el dedo a los otros cuando estamos hablando de ti, de
mí, de nosotros?
¿Seguiremos sin
poner orden, control... y correcciones las que hagan falta?, y por lo visto y
comprobado hacen falta muchas.
Saldremos, pero
¿cómo saldremos?...
¡Con la falta
que nos hacía una educación para la ciudadanía, desde el Presidente del
Gobierno hasta el último de la fila, para salir sanos y salvos de ésta!
“Un buen día del año 2014, ha escrito
recientemente Juan Jose Millás, la crisis habrá terminado oficialmente y se nos
quedará cara de bobos agradecidos...
Por eso, no solo me preocupa cuándo saldremos
de la crisis, sino cómo saldremos de ella. Su gran triunfo será no sólo
hacernos más pobres y desiguales, sino también más cobardes y resignados ya que
sin estos últimos ingredientes el terreno que tan fácilmente han ganado
entraría nuevamente en disputa”.
Eso mismo: ¿cómo saldremos de ella?
1 comentario:
Verás, Ángel, porque son demasiadas preguntas, tantas que darían para una buena y larga tertulia, yo te daré mi respuesta corta y contundente: ¿saldremos? ¡sí! pero por la puerta de los pavos.
Un abrazo.
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