miércoles, 4 de julio de 2012

UN PUEBLO SIN MAESTROS Y SIN LÍDERES


 Un pueblo sin maestros es un pueblo de analfabetos, como una sociedad sin líderes es una sociedad huérfana que va a la deriva,  y prueba palpable de lo que nos está sucediendo cuando nuestros gobernantes van a la deriva, completamente desnortados, perdidos, contradiciéndose cada tarde y cada mañana, diciendo “hacer lo que hay que hacer” y actuando “como Dios manda” y los jueces, llamados a hacer justicia se ven involucrados en asuntos tan feos y tan poco ejemplares como los vividos recientemente. De la Iglesia, mejor no hablar, Jesús de Nazaret no se mereció esto. 

Y porque las cosas han ido tan lejos a nadie pude extrañar que los colectivos menos valorados en nuestra sociedad española sean los jueces, los políticos, la Corona y la Iglesia. 

Esto es lo que los analistas vienen analizando y cuantificando, y así J.J. Toharia y J. P. Ferrándiz, responsables máximos de Metroscopia,  hablan de angustia y desamparo de la sociedad española, que se siente huérfana, ante la falta de un liderazgo político, económico y social precisamente en la peor crisis que se recuerda. “No están sabiendo estar a la altura del momento actual, ni dar la talla que requieren las actuales circunstancias”, concluyen como ha concluido, a su vez, desde hace tiempo la inmensa mayoría de los ciudadanos de a pie, con su sexto sentido de ver las cosas con mayor profundidad de la que los altos mandatarios creen.

Urge, insisten estos analistas, que la ciudadanía encuentre ejemplos en los que mirarse.

Urge, insisto yo, que aparezcan maestros, guías, intelectuales en activo, líderes, gobernantes, jueces, ciudadanos honestos... que ayuden a la sociedad a salir de esta crisis más que económica, porque ha llegado a la raíces más profundas del ser y por ello hay que hablar de crisis política, social, moral, cultural, crisis de valores, en donde la dignidad, la honestidad, la sinceridad, el esfuerzo, el anhelo de ser por encima de tener, la distinción de valor y precio, la fuerza de la razón y la lucidez por encima de la visceralidad, etc. etc. están en quiebra y que sean  verdaderos guías del quehacer de todos, tanto si están arriba como si estamos abajo.

Urge mejorar el magma de este pueblo que formamos todos (que nadie escurra el bulto y todos arrimando el hombro) de donde salen los maestros, los líderes, los políticos y los jueces.

6 comentarios:

El pastor de... dijo...

Me quedo con el último paréntesis tuyo Ángel “(que nadie escurra el bulto y todos arrimando el hombro)”. Que todos aprendamos de una vez, que previo al derecho de comer pan, está la obligación de sembrar trigo, (dicen que la cabra siempre tira al monte) porque si el agricultor se cansa…
Para eso, creo que condición indispensable es tener primeros maestros, aquellos primeros maestros que sabían, y enseñaban, que el árbol debe crecer recto desde su base para que después su madera sea de primera calidad. “Se quiere más lo que se ha conquistado con más fatiga”.
Quizás algún día tengamos ocasión de extendernos, sin ningún miedo, sobre este tema.

Un abrazo

jubilación viene de júbilo dijo...

Urge encontrar hombres buenos como este de la poesía de JoseAntonio Muñoz Rojas dedicada a Juan LLedó. Te gustará, pastor.:

UN HOMBRE CABAL

Era un árbol extraño. No tenía
par en el bosque. Se entregaba
a la vida de modo que dejaba
dondequiera su huella. Poseía

la virtud de crear, sin la porfía
de la briega,y donde transitaba
sendas al bien en su quehacer, dejaba
siembras de bien que sin sentirlo hacía.

Flor y sazón, un hombre si los hubo,
mudo al rencor, maestro de su ira,
la mano generosa de lo bueno.

Dió a los demás cuanto de bueno tuvo,
rastro de bien lo que dejó en su gira,
nada humano en la vida le fue ajeno.

El pastor de... dijo...

Ójala sea pronto el día en que este HOMBRE CABAL deje de ser árbol extraño. ¡Precioso!

Gracias Jubilación viene de Júbilo.

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Y gracias, Pastor y Jubilación viene de júbilo, por vuestros comentarios, tras los cuales se vislumbra un buen hacer, un mejor sentir y las huellas de ese "hombre cabal" que diseñara y cantara el poeta.

Rut dijo...

Hola a todos!
Y lo peor es la sensación de desamparo que la falta de techo provoca. Porque tienes toda la razón, falta gente que nos guíe o al menos nos de un poco de esperanza.
Sin ánimo de ser fatalista, las cosas están viciadas, raras, vacías y sin muchas trazas de cambiar a mejor.
Como dice El Amigo Pastor, si todos arrimamos el hombro, quizás sea más sencillo o, al menos nos encontraremos menos solos y desamparados. Desde mi humilde sitio, intento cada día provocar algo bueno en mis alumnos, pero 3 horas al día no bastan (y puede que lo poquito que yo intento, no sea suficiente, pero ahí estamos.
Pero sí, los hombres cabales tienen que salir de donde estén, y fíjate que yo creo que los hay, pero los esconden.

Un fuerte abrazo
Rut

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Bienvenida siempre, Rut, a este rinconcillo, que como ves, los incondicionales seguimos aquí, y otros muchos que se asoman, aunque no dejen sus comentarios, bienvenidos también.
A todos un abrazo.