domingo, 26 de febrero de 2012

NO ES BUENO PRECIPITARSE

No es bueno, pero mejor sería ir más al grano y sostener, qué malo es precipitarse.

Sales del cine y, si de alguna forma te ha tocado la película, sales alborozado diciendo que es magistral, añadiendo algunos epítetos de esa índole, hasta que pasan los días y va bajando en el listón de tu estima, porque encuentras fallos, momentos demasiados imprecisos, lentos, te atreverías que insulsos, y hasta el final, puestos, debería haber sido de otra manera y dejar puertas abiertas a la imaginación del espectador. Y la misma música que te encandiló te parece excesivamente ligera, pegadiza y más bien flojita. Sucede.

Ves los guiñoles franceses de los últimos días sobre los deportistas españoles más intocables ¿intocables y sagrados? Y lanzas una mueca de asco a tu alrededor o un grito airado hacia todo lo que viene de Francia y solo cuando a otros les nace el más rancio de los patriotismos, te das cuenta, te echas hacia atrás y pones las cosas en su sitio. ¿Qué seríamos sin reírnos los unos de los otros? ¿Y qué seríamos los ciudadanos de la calle pura y dura si alguna vez no nos reímos de los más grandes de la jungla, sea el rey, el papa y todos los dioses, y sobre todo sus profetas, que en el mundo han sido?

Por eso a los tertulianos que saben de todo lo divino, de lo humano y de lo más allá, yo me atrevería a aconsejarles que imitaran a la inmensa poeta Wislawa Szymborska cuando dice: “A menudo, cuando voy a algún sitio, me pone un micrófono en la boca porque ha sucedido algo en cualquier parte del mundo, y me preguntan. ¿qué piensa usted sobre esto? Siempre respondo lo mismo: Tengo que pensarlo. Necesito tiempo para reflexionar sobre ello, tal vea mañana pueda responderles. ¡Y nunca lo aceptan!” Y sigue y sigue dándole vueltas al tema afirmando que todo debe ser pensado, que la primera impresión no siempre es la más acertada y que así escribe, necesita andar, pensar, darle vueltas a las cosas, ir de un sitio a otro…

¿O no se precipitó y se pasó mil pueblos Esperanza Aguirre cuando dio por bueno la posibilidad de crear ¡qué monstruosidad! un “Las Vegas Madrileño”, pensado, ¡qué horror! como una gran inversión para la Comunidad de Madrid, con un gran centro de congresos para todo el sur de Europa, ¡dijo Congresos! y añadió que “no vamos a vulnerar ni uno solo de nuestros principios y valores”, eso dijo, y añado yo: ¡faltaría más, con los principios y valores que tiene Doña Esperanza!

No es bueno precipitarse y mejor aún ¡qué malo es precipitarse y no saber dar marcha atrás y enderezar la plana!

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