lunes, 26 de diciembre de 2011

LISE LONDON - LA ÚLTIMA BRIGADISTA





Tiene 95 años y, de toda su vida rica en acontecimientos, quiero destacar aquí unos detalles al vuelo, que me han llamado poderosamente la atención: su mirada luminosa desde unos grandes ojos, muy abiertos, como queriendo no perderse todavía nada de lo que le ocurra en la vida y lo que suceda a su alrededor, creo que les acontece a los que no se limitan con pasar y ver, sino que de tanto mirar con detenimiento, interés y pasión hace que se agranden y, sobre todo, sigan vivos.

Primero su mirada. Después viene la alegría que le inunda el rostro, la desborda y comparte con quien la mira de forma que te obliga a sonreír. Parece satisfecha y hay que creerla además de por la altura de su avanzadísima edad, por la biografía que se esconde tras sus arrugas. Transmite paz y algún secreto deseo como el de haberla tenida por abuela.

Contrasta con la joven de la derecha, ella misma, setenta y cinco años antes, tumbada en el campo, rodeada de flores, la sonrisa franca y abierta, unos dientes juveniles bien conformados y unos ojos negros llamativos aunque no tan abiertos, porque habrá que mirar abiertamente, intensamente, lo mucho que le tocará ver a lo largo de tan larga como intensa vida. Con la mano derecha ofrece una flor a la cámara y a quien quiera mirarla, luce en la cabeza una corona de margaritas recién cortadas y un anillo en la mano izquierda que parece aumentar la felicidad ¿de estar enamorada acaso?, probablemente, pero sin intuir que un mes después será detenida por la Gestapo.

El resto está en los papeles, en Internet, en los libros: La última brigadista, francesa, de ascendencia aragonesa, activista, luchadora, magnética, decidida, se alistó en las Brigadas Internacionales para luchar contra el fascismo. Apostó como todos ellos, jóvenes románticos, soñadores, visionarios que vieron venir lo que se cernía tras la guerra civil española, y acertaron, quisieron pararlo y apostaron por la solidaridad internacional. Como diría su marido Artur London: “Se levantaron antes del alba”.

Y lo sigue recordando como el mejor momento de su vida. “España fue un ideal, nuestro ideal más querido y sigue siendo válido”, ha dicho recientemente en su estancia cerca de París.

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