domingo, 11 de diciembre de 2011

¿LA CRISIS ES UNA DESGRACIA?



Pues claro. Es una gran desgracia. ¿O todavía lo dudabas, y querías sacar petróleo de donde ya se ha extraído todo? Así es y no vale darle vueltas ni acudir al manido refrán de que “no hay mal que por bien no venga”, porque si es mal es mal, y si es tragedia es tragedia, y si es desgracia es desgracia y no podemos ir con guantes de seda ni cataplasmas al que lleva en paro muchos meses y teme que se conviertan en bastantes años, ni al padre de familia, o madre, que se ha ido a la calle, con una hipoteca que le estrangula de por vida y decirle que ánimo que no hay mal que cien años dure ni que no hay desgracia que por bien no venga porque, con todo derecho, nos mandará al infierno.
He tomado el título (al que hay que quitar los signos de interrogación) para esta entrega del inicio de un párrafo de un artículo magnífico de Jordi Soler, titulado Los nuevos pobres, y que cito textualmente, porque no tiene desperdicio, como todo el artículo, que te invito a leer (lo tienes en Google):

“La crisis económica es una desgracia en toda regla, pero no conviene perder de vista los elementos positivos que también tiene. Por ejemplo, nos ha puesto ya frente a los ojos los fundamentos de la España que viene, que será un país muy distinto de este, al que han liquidado el tsunami de la economía mundial, la torpe gestión política, la desvergonzada rapiña de los nuevos ricos y el pasmo, la abulia y la involuntaria complicidad, con los que el ciudadano común ha asistido a esta debacle. La clave de la España que viene está ahí, en el ciudadano común que ya no será el mismo, que ha pasado en unos cuantos meses de nuevo rico a nuevo pobre y que ya desde ahora, porque no le queda otro remedio, vigilará con lupa la gestión de sus diputados, de su alcalde y de su presidente, y estos funcionarios, con semejante vigilancia, no podrán conducirse como lo hacían antes, tendrán que irse con cuidado y esto se lo debemos, precisamente, a la crisis”.

Ahora bien, no cabe duda de que traerá algunos bienes, algunos de los cuales ya nos apunta Jordi Soler y otros como el nuevo desafío de tener que organizarnos y de pelear por un objetivo común, o la obligada solidaridad esperándonos, habiéndonos olvidado cuando éramos ricos, o que nos hemos dado cuenta de que necesitamos otro tipo de gobernantes y nuevos líderes, etc.etc.

Porque no podemos seguir, ni un día más, aguantando la filosofía de un capitalismo feroz ni con la lacra de la corrupción. Cada vez vamos siendo más los INDIGNADOS. Además de Gurtel, salen en estos días, corruptelas al por mayor de una Empresa de Valencia EMARSA: viajes pagados, comidas superfluas, además de carísimas, de los directivos, facturas infladas, obras inexistentes que llevan adosadas facturas de más de 4 millones de euros, violación de las normas de contratación, empleados que solo iban a cobrar, ingresos en metálico, etc.etc. Corrupción, corrupción, corrupción.

A día de hoy, el Duque de Palma, Sr. Urdangarin, no está imputado, pero su enriquecimiento excesivo, en un abrir y cerrar de ojos, no es normal, más bien es inquietante y obsceno. “Un palacete en Barcelona, cinco pisos en Palma y uno en Terrassa. En cuatro años, los duques y sus empresas adquirieron bienes por valor de casi 7,3 millones de euros”. Más leña para la indignación.

Habrá que seguir igualmente la pista a la Sra. Carrasco, Presidenta de la Diputación de León, quien acumula, que ya es acumular, 12 puestos, y duplica su sueldo con dietas, que ya es duplicar, y estando así las cosas, suyas, se atreve a hacer recortes aquí y allá. Rebasó en 2010 los 158.000 euros, que ya son euros en tiempos de crisis y cinco millones de parados. ¡Qué desvergüenza!

Y para todos los que antes de la crisis nos beneficiamos o soñamos o quisimos ser nuevos ricos o votamos a los corruptos o pensamos que de estar allí haríamos lo mismo sin darnos de bruces contra la pared más próxima por sinvergüenzas y corruptos futuribles sería bueno que despertáramos y nos pusiéramos a seguir las huellas por donde han ido los sabios, honestos y gente buena, que en el mundo han sido, en el sentido que le daba a “bueno” el maestro don Antonio Machado.

5 comentarios:

El pastor de... dijo...

¿A quién debemos culpar de la crisis? Yo creo que todos hemos cometido pecado. Unos porque nos ponían el anzuelo y otros porque picábamos en él sin querer ver la trampa que encerraba. Se vivía muy bien de rico sin pararse a pensar por qué, de repente, nos había sonreído la fortuna. Pasamos de cultivar nuestro propio vino, en nuestras humildes bodegas, a convertirnos en expertos catadores…etc.etc.etc.

Lo más grave de esto es que, si todos hemos pecado, ¿por qué la penitencia de unos es buscar en los contenedores para llevar algo a la mesa –si la hay- y para otros la penitencia es comprarse un palacete de 5 millones, o fijarse una pensión millonaria después de arruinar nuestras cajas de ahorro? ¿Tampoco podemos hacer nada contra esto? Vemos como un día sí, y otro también pasan, por corruptos, por delante de los tribunales de justicia políticos de todas ideologías que ni siquiera se ruborizan, porque saben que después ahí estoy yo para reafirmarles en su poltrona en la siguiente votación. Entonces… ¿de qué puedo quejarme?

Repito, -puesto que creo que esto daría para mucha reflexión-, ¿culpables? todos nosotros. Pero mientras que para unos, la crisis, ha sido su ruina, a otros la misma crisis, les ha encumbrado hasta tocar su “cielo” con la mano.

Y sí, “no hay mal que por bien no venga,” si con ello aprendemos para el futuro, aunque lo dudo.

Un abrazo

Gloria Rivas dijo...

Yo no me siento culpable, en absoluto, de esta crisis. No hemos cometido ningún pecado. NO somos culpables. Sólo somos víctimas de las conspiraciones de mafiosos.

El pastor de... dijo...

Me tomo la licencia: querida Gloria, si cruzo la sabana, a pecho descubierto, y me devora un león ¿será, solo, culpable el león?

A estas alturas tenemos que saber que estamos rodeados de leones y mientras no los quitemos de en medio el peligro de ser devorados es extremo.

De todas maneras el tema es muy grave como para en un comentario de blog intentar ver la luz.

Un abrazo

Gloria Rivas dijo...

Si cruzas la sabana a pecho descubierto y te devora un león, la culpa es sólo del león. Tú eres inocente o imprudente, y la inocencia y la imprudencia no son pecados tan graves como para recibir castigos tan grandes: el de ser devorado y el de sentirte culpable encima...
bussa.

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Bien, bien, mis queridos amigos, ya que os habéis puesto finos y sobre todo lúcidos, como siempre, por otra parte, aunque no quería insistir ya más y marcharme más a mis asuntos predilectos, os regalo otra entrada similar para que nos curemos de ese mal, propio de los impresentables, para que nos cuidemos al máximno y no caer en él.
Abrazos