domingo, 1 de mayo de 2011

PREGUNTAS… ¿IMPERTINENTES?

Por hoy, prácticamente, solo dos y una tímida reflexión:

Como nos aconsejan constantemente e igualmente aconsejamos en todo tiempo y lugar que la mente debe estar en activo permanente, uno, que intenta no contradecirse en asuntos que nos va la vida, al menos aceptable y digna de ser vivida, se hace sin parar preguntas y preguntas, interrogantes y sigue nadando feliz en un mar de dudas e incertidumbre mejor que en un valle de certezas:

Ahí va la primera: ¿Hasta cuándo el expresidente de este país, España, Aznar para más señas, seguirá gritando sus rencores por las esquinas del mundo? Más: ¿Habrá todavía alguien que le escuche y no se indigne de tanta desvergüenza? ¿Y no habría que retirarle el dinero de expresidente por, sencillamente, no comportarse y dejarnos en tal mal lugar?

La segunda: Escribe Juan José Millás, en una de sus excelentes columnas, un artículo titulado “áspero mundo” y termina sosteniendo de pasada que, sin duda por aburrimiento, Dios abandonó a su suerte a este áspero mundo, dándome luz a preguntas que me hago, metiéndome en la piel de todos los participantes en las precesiones, sobre esta Semana Santa metida en agua como casi todas: ¿Cómo es posible manifestar con lágrimas a raudales como si de la mayor de las tragedias se tratara, por no poder ver a su imagen preferida por la calles cuando pueden verla y contemplarla tranquilamente en los lugares de siempre? Somos un país trágico y desmesurado. Aunque de pasada me pregunto muchas veces si a Dios o a Jesús de Nazaret les gustarán las procesiones de Semana Santa, con toda la parafernalia y espectáculo de por medio, incluida la de mi pueblo natal, en donde matan a Judas, pinchado en un ridículo palo. ¿No preferirán, Dios y su Hijo, que las creencias conecten con lo esencial de la fe? Preguntas impertinentes, ¿o no tanto?

Y la tímida reflexión en base a que soy un advenedizo al mundo del fútbol y aunque amante de las buenas jugadas, desconocedor absoluto, me atrevo a reconocer y aplaudir faenas y actitudes y rechazar estilos que me repugnan; y así, frente a la elegancia y el buen estar, ser y saber de Guardiola, el arte increíble del juego en equipo del Barça, su saber perder y aplaudir al Real Madrid en su victoria de la Copa del Rey… el gesto avinagrado y actitudes de niño maleducado, aunque será un genio, de Mouriño a mal con todo el mundo que no sea su mundo, y que cada vez que habla lo pone peor yendo en picado y queriéndonos llevar a un mundo nauseabundo; el corte de mangas de Pepe a la afición de Club del Barcelona y, posteriormente la tarjeta roja que acaso debió ser amarilla, y qué más da, si de ir al fondo de la cuestión se trata, y valorando las extraordinarias jugadas individuales del gran jugador que es Cristiano Ronaldo, no puedo por menos de rechazar la fanfarronería que le rebosa y la avaricia que le estalla por los poros. ¡Qué peligro querer ser el mejor, el más guapo y el primero en todo! Y por favor, señores forofos de todos los lados y medios de comunicación de allá y de acá, estamos hablando de un deporte, que es mucho, pero que ni lo es todo, ni la panacea, ni lo más importante en la vida, sino un deporte, ya digo, y un mero entretenimiento. Porque nos hemos pasado diez mil pueblos en esto del fútbol.

4 comentarios:

El pastor de... dijo...

Vaya tertulia que se podía montar alrededor de una mesa camilla, con la chimenea encendida, y el brasero bajo el faldón de la mesa para mantener los pies calientes porque, por mi estado de salud, incluso en estas fechas se me enfrían.

Y ahí va la primera...¿respuesta?
este "señor" dejará de gritar, como decimos los de mi pueblo, cuando Dios quiera, y es que hay que comprenderle, él siente muy herida su extraordinaria soberbia. El pueblo, al que estaba obligado a liberar del yugo rojo y masón, le volvió la espalda cuando trataba de eliminar las armas de destrucción masiva que nos amenazaban.

¿Habrá alguien que le escuche? ¡pues claro! Un día, de un mes y de un año cualquiera, enterraron, en un monasterio, al general-ísimo por la gracia de dios, pero solo a él.

Segunda...¿Respuesta?
Preguntado un padre ¿por qué quieres que tu hijo haga la primera comunión, si ni vas a misa, ni quieres que el niño vaya? a lo que respondió: "por la ceremonia". O sea por el traje, por el banquete..., por el día de fiesta vamos. Así que si a estos actos ¿religiosos? les quitáramos toda la parafernalia... ¿lloraría la gente "devota" porque la lluvia obliga a su suspensión?

La Semana Santa, salvo honrosas excepciones, es lo que nos justifica de un viaje a Sevilla, Valladolid o Medina de Rioseco.

¿Preferirían Dios o su Hijo, que las creencias conectasen con lo esencial de la fe? Y ¿Creéis que eso importa mucho a los que lloran porque no pueden adorar a sus santos en la calle?

Y como no quiero martirizaros más, sobre el fútbol me limitaré a decir que cuando lo sacas de jugar los partidos en la era de mi pueblo deja de ser deporte.

Un abrazo.

PD. Una última reflexión: el peligro, creo yo, no está en querer ser el primero en todo, sino en serlo. Que Dios me libre del ser humano perfecto. Porque entonces tendríamos que volver al principio de mi escrito.

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Se te echaba de menos en este rincón literario ¿impertinente? y en cuanto has vuelto ya has echado leña de la buena al fuego del hogar. Has estado sembrado, no es coba, porque son reflexiones de altura que alargan el discurso, caldean el ambiente y obligan pensar y repensar.
Claro, claro, Dios nos libre del ser humano perfecto, porque si lo es y se lo cree termina siendo un fantoche.
Un abrazo y cuídate.

Xoán González dijo...

"Política, religión y fútbol..." ¡vaya temas, Don Angel! ¡te metes en unos charcos pistonudos...! y sabes que me encantas, porque tienes la complicada habilidad de salir siempre bien parado... Anímate y háblanos de Bin Laden, por favor, y de cómo los niños sólo entendemos de malos malísimos o de buenos buenísimos... pero que no nos atrevemos a intentar desmontar los cuentos que nos cuentan... Un abrazo y mi admiración.

Rut dijo...

Pues ¡qué bien! que haya preguntas impertinentes, que a mi modo de ver, son las que más hacen pensar.

Desde hace unos días se podrían añadir unas cuantas más, porque vamos, ¡cómo está el patio, Señores! pero no me toca a mi formularlas ahora.

Mi enhorabuena por unas reflexiones fantásticas!

Un abrazo
Rut

PD, suscribo las palabras de Xoán, háblanos de Bin Laden, porfa.