viernes, 17 de septiembre de 2010

DAR TRIGO Y DESPUÉS PREDICAR



“El trigo que es fácil de predicar pero imposible de ser dado no es nunca trigo limpio”. Luisgé Martín, escritor.

Si uno lee esta frase, cualquiera que sea el ánimo, seguro que le trae a la mente tal cantidad de hechos, dichos, experiencias y conocimientos de acá y de allá que, a buen seguro, podría hablar y hablar o escribir hasta el cansancio, porque alarga el famoso refrán “no es lo mismo predicar que dar trigo”, profundizando en la idea y haciéndola más fecunda.

Siempre ha admirado a León Felipe y recitado alguno de sus bellos poemas, pero ello no quiere decir que no me haya parecido excesivo su grito constante y desarbolado y que le salía de la boca echando espumarajos convertidos en lamentables ripios. No es de extrañar que el espíritu afinadísimo del poeta siempre en estado de gracia y pureza que era Juan Ramón Jiménez, le conminara: “O no gritar tanto o a las trincheras, León Felipe”. Espléndido, una vez más, el poeta de Moguer.

Hay excesivos inquisidores enviándonos siempre a los infiernos, muchos de los cuales han demostrado ser verdaderos tartufos y tampoco se les ha conocido abundante cosecha de trigo y valores.

Pero volvamos a la frase inicial, que se me antoja frase río caudaloso con agua abundante y multitud de meandros y afluentes que enriquecen el cauce central y embellecen el paisaje. Se advierte de lejos cuando improvisan, cuando improvisamos, cuando se grita apabullando a los fieles-feligreses o a los fieles seguidores y cuando gritamos nosotros mismos, pero cuando vemos que por detrás, por debajo y por delante hay tanto que callar, ¿quién se atreve a arrojar a la adúltera la primera piedra habiendo pecado tanto y dado tan poco trigo…?

Conclusión lógica, muy clara y bien triste: no somos trigo limpio. Y si crees que lo eres, anda, arroja la primera piedra, a ello te invita el más grande de los profetas, Jesús de Nazaret.

2 comentarios:

Xoán González dijo...

Bien traída la entrada... ¿para cuándo una valoración de lo que es para ti ser feliz?
¡¡¡Animo maestro!!!
Un saludo desde O Carballiño.

El pastor... dijo...

"La trampa de Dios siempre canta".Esta frase que en nuestros humildes juegos infantiles tanto usábamos, viene a decirnos que al tramposo siempre se le acaba cogiendo. Y yo pregunto: ¿qué es el que sólo predica y, salvo honrosas excepciones,nunca da trigo?, pues eso.

Y, desde luego, no seré yo el que lance la primera piedra sobre la adúltera. Pero si me atrevo a repetir..."Dios me libre de aquel que se atreva a lanzarla".

Un abrazo