sábado, 28 de agosto de 2010

LA LITERATURA, SI ES BUENA, ES BUENA



La buena literatura es buena tanto si es larga como si es corta. Pergeño estas líneas motivado por dos artículos de la prensa enfrentados inconscientemente.

Uno del sociólogo Enrique Gil Calvo que lanza sus dardos contra “la literatura en corto”, apostando por la novela larga de otras épocas, parece, según él, inexistente en la actualidad, sacando conclusiones un tanto variopintas y algo extrañas en un experto en sociología que uno cree que debería afinar algo más y sosteniendo que la lectura larga enseñaba a comprometerse con uno mismo y con los demás (parejas, amigos, compañeros), mientras que la literatura corta sólo adiestra en la “veleidosa práctica del nomadismo inconstante”. Se ha pasado veinte pueblos y se me hace extraña, por no decir torpe, esta forma de argumentar concluyendo que los microrrelatos se quedan en nada.

Más aún, cuando afirma lo siguiente: “La demanda de mercado lo demuestra bien, pues sólo se venden microrrelatos, ensayos breves o novelas que parecen largas, pero que se leen como se escriben: de un solo plumazo”. Pues no estoy de acuerdo, porque actualmente la demanda de mercado, querido Gil Calvo, demuestra que se venden novelas de 800 y 100 páginas de puro entretenimiento unas y de extraordinario nivel literario otras.

Y como vale más un ejemplo que diez mil disertaciones ahí van dos: uno extraído del otro artículo, que es una reseña crítica de una antología de microrrelatos:

“Mientras subía y subía, el globo lloraba al ver que se le escapaba el niño”. El globo. Miguel Saiz Álvarez. Y dos, el famosísimo y excelso de Monterroso: «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí ». El primero no deja de ser un poema original y tan luminoso como el resplandor de un relámpago en noche oscura. El segundo es todo un ensayo con múltiples lecturas diferentes y para nada banales. Los dos un ejemplo elocuentes de hasta dónde puede llegar la literatura corta, a una distancia abismal de cientos de novelas largas y muy largas. Lo dejó dicho de maravilla Baltasar Gracián: "Lo bueno, si breve, dos veces bueno”. En el microrrelato, sostienen los autores de la antología reseñada Por favor, sea breve, “se necesita un lector más atento, más formado que el que accede normalmente a una novela o un libro de cuentos: hay que estar dispuesto a cazar dobles juegos y un sinfín de figuras retóricas que son las que usa el autor y que explican que el género sea genial para enseñar a escribir… Quien escribe microrrelato no busca dinero, ¿cómo pedir dinero por un momento de luz?”.

¿Quieres otros dos ejemplos? Novelas cortas-cortas son dos obras cumbres de la literatura: El Lazarillo de Tormes, una, y Pedro Páramo de Juan Rulfo, otra.
Afortunadamente hoy convive en buena lid la literatura larga y el cuento breve y el microrrelato. Y hay de todo en la viña del Señor: literatura buena, mala y regular tanto en el formato largo como en el corto.

4 comentarios:

gloria rivas dijo...

"El día que nació Aarón se murió su abuelo Ricardo."

(G.Rivas)

Gloria Rivas dijo...

Haiku nº11

Por el camino
de los jueces más justos
se arrastra un sapo.

Gloria Rivas dijo...

Si los triángulos
fueran todos isósceles
no habría catetos.

(De "haikus de la escuela primaria)

ÁNGEL DE CASTRO GUTIÉRREZ dijo...

Aunque te retrasabas ya sabía yo que nos dejarías alguna de tus perlas. Gracias, gracias. Además cuando lo colgué en el blog estaba pensando en lo que te traes entre manos: tus haikus. Adelante.
Un abrazo