miércoles, 6 de agosto de 2025

PASAR DE RICOS A POBRES, UNA TEMPORADA: UNA BENDICIÓN

 

Todos los ricos, y los más ricos, más, tendrían que pasar una temporada por la pobreza, o simplemente por la clase media, y ello por su bien, porque así, tanto en el alma, como en el cuerpo, saldrían beneficiados.
En el cuerpo, a todas luces vistas, dejarían de tener tanta tripa, que les afea hasta a sus parejas, que con dificultad lo soportan, les bajaría el colesterol una burrada y el médico personal les daría una palmadita alegrándose y alegrándoles la mañana, resistirían una buena caminata y al llegar a casa dormirían mucho mejor con un sueño más profundo y relajado, ni se les atascaría tanto la comida y la bebida...
En el alma, ni comparar, los beneficios serían más altos aún: Haber bajado de su pedestal ya les colocaría en el lugar más adecuado a los mortales por el simple hecho de ser mortales, no los amos de la cosa que no les pertenece en sacrosanta propiedad; y se darían cuenta de que pasaban por ahí, como uno más del montón corriente y morondo, lo dice bien claro en un poema potente y precioso Vicente Aleixandre: “Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo, / sentirse bajo el sol, entre los demás, / impelido, llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.”; entenderían de una puñetera vez lo mal que se pasa no llegando a fin de mes con el mísero jornal, o no poder hacer las tres comidas dignas y elementales como Dios manda, rugiéndoles las tripas sin saber a qué vienen tantos gases cuando no hay más que puro vacío, y aprendería de qué va eso. de la empatía; y serían más humildes y más sabios; dejarían de contar melonadas y bravuconerías a sus nietos, y a todo el personal que se les acerca, sin dejar hablar, porque ellos se creyeron siempre los dueños de la palabra, la opinión, el relato, como si fuera palabra de Dios, amén; tendrían más piedad, más compasión, las virtudes más bellas, que nos hacen más humanos, y vergüenza, que nos hace más decentes y dignos; sabrían que la dignidad humana nada tiene que ver con el dinero y el vil metal y brilla, con más brillo y poder en todo ser por el solo hecho de ser que le es dado desde que puso por primera vez sus pies en la cuna de oro, de paja o barro, algo consustancial al ser humano, pues “no depende de ningún tipo de condicionamiento ni de diferencias étnicas, de sexo, de condición social o cualquier otro tipo”; bajaría a la calle y a la plaza que son de todos y se mezclaría saboreando el espesor de lo común, lo que nos iguala a todos en una hermandad gozosa de seres libres y hermanos de sangre y raza, y es por ello por lo que merece respeto y la máxima consideración; y se pondría a hacer un listado urgente de lo que en verdad vale la pena y es lo esencial en todo quehacer humano... y suma y sigue.
No te pierdas, querido lector, entrañable lectora, entre los meandros de estas líneas, solo fue un sueño o cierta locura de la imaginación en una tarde de este loco verano. Aunque ya sabes que siempre hay que leer entre líneas... Les vendría bien, pero es inútil, el mismo Jesús de Nazaret lo vio difícil, vendieron su alma al diablo y prefieren ser ricos, y si pudieran, más ricos que nadie. Quieren siempre más. ¿O no?
Nota no tan al margen, porque hablemos de lo que hablemos hay que levantar la voz contra el genocidio que sufre el pueblo palestino... “Dormimos con hambre, despertamos con hambre y pasamos el día y la noche con hambre, pero lo que más duele es cuando los niños piden pan o algo de comer y no hay nada”.
https://youtu.be/M6kHo0Fg7bc?si=177xcjdgVnWLGq2q NACHO MASTRETTA - Mis sardinitas

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