miércoles, 13 de agosto de 2025

AMORES DE VERANO

 




Suele dedicar la última página, durante el mes de agosto, “El País”, a un tema por el que desfilan escritores, políticos, actores y actrices de distinto pelaje y condición. Este agosto le ha tocado el tema a los “Amores de Verano” y ya te puedes imaginar por dónde irán, van, los tiros, yo mismo, y tú posiblemente, iríamos derechos a buscar amores a lo Sofía Loren y Marcello Mastroianni o en los recuerdos más fogosos de nuestra adolescencia o incipiente juventud... y hete aquí que, esta mañana, me he topado con la contraportada firmada por Itziar Miranda, actriz y escritora, Internet me recuerda que trabajó en la serie “Amar en tiempos revueltos”, y me ha sorprendido con un relato fantástico que habla de otros amores que también son amores excelsos, los de una vecina suya de su infancia, la señora Matilde, que fue la que la atendió tras una picada de avispa que le produjo agudos dolores en el tobillo hinchado y fue ella quien la recogió en su casa “sin decir nada me sentó en su cocina, puso vinagre en un trapo limpio y me lo sujetó con una venda como se atan los secretos, me dio un cuenco de melón cortado con esmero, un vaso de gaseosa con una rodaja de limón y me acarició la cabeza”, mientras su madre se dedicaba a escribir poemas y su padre se enzarzaba en una conversación con el cura del pueblo sobre la existencia de Dios mientras fumaban y bebían.
“La señora Matilde no me enseñó grandes cosas. Me enseñó a pelar la fruta con paciencia, a que la leche recién ordeñada había que hervirla antes de beberla, a no llenar los silencios y a que un plato de caldo puede reconfortar más que un poema... Esa mujer no hizo otra cosa que abrir ventanas (una frase que años más tarde descubrí que había escrito Silvia Plath)”.
Amores de verano, naturalmente, esos de la humilde vecina que Itziar recuerda “no con nostalgia, sin con gratitud, porque hubo una mujer, que no fue madre, ni amiga, ni maestra, pero fue refugio”, y sin haber leído a los grandes, ni haber escrito un solo verso, ni debatir sobre temas tan trascendentales como la existencia de Dios, le enseñó otra forma de estar en el mundo y asimismo lo que era el amor en un verano de 1988.
Y yo aprendí esa mañana que los Amores de Verano no tienen que parecerse en exclusiva a los que mantuvieron en el cine Sofía Loren y Marcello Mastroianni, o aquellos fogosos de nuestra adolescencia y juventud en tardes tórridas de verano o noches de sábado noche.
Y subrayé para que quede grabado en la memoria -se merece un artículo el tema, yo tan amante de las ventanas abiertas- la importancia de abrir ventanas, sin olvidar el tema del amor de verano como lo ha planteado la actriz y escritora Itziar Miranda de forma tan original, sencilla y, a la vez, profundísima, como esos amores de la señora Matilde que brillan con luz propia y calientan el alma hasta mucho más allá de su muerte de aquel mismo verano.
Nota no tan al margen, porque hablemos de lo que hablemos hoy hay que hablar de los incendios en muchas zonas de nuestro país y en Grecia, Portugal de manera especial y virulenta. Y decir que el cambio climático ya no se puede negar más de forma tan frívola, diciendo que siempre ha habido calor en verano, que hacen falta más medios técnicos y humanos y que los incendios se comienzan a apagar en invierno con planes de prevención y se necesita una coordinación mayor y mejor de la administración.
https://youtu.be/7tSdrL7PZBM?si=lBwb0wElVsjdEYdj Emmanuel • [HD1080p] • Chris Botti (feat. Lucia Micarelli)

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