domingo, 5 de febrero de 2023

LA VIDA ES MUY CORTA...

 


Efectivamente, la vida es muy corta para tomar malos vinos y para que te entretengas en bagatelas y cosas sin importancia. Lo que quiere decir, que hay que coger al toro por los cuernos y tratar de ir a lo esencial y cuando tienes la palabra, un ejemplo, ni quedarte con ella como si solo fuera tuya ni dar rodeos sin ton ni son mareando a todas las perdices del entorno y con rapidez ir al fondo del asunto, que la vida es corta. La vida es muy corta, ya lo sabemos, pero que no nos den la matraca con ello, ni tú te entretengas en pensarlo demasiado con un cúmulo de quejas que no vienen a cuento. Camina y no te pares cada segundo a ver la hora que es ni pensar siquiera que no vamos a llegar nunca a ninguna parte.
Y en efecto, la vida es larga y da de sí, y quizá no conviene alargarla más de lo debido, y no digamos si has perdido toda autonomía, dependes de todos hasta para que te limpien los mocos y el cuerpo entero, no das un paso por ti mismo, ni puedes llevarte la comida a la boca con tus manos como Dios manda..., siendo lo más parecido a un vegetal dolorido y sufriente. Y como eso no es vida, lo mejor será que pidas la eutanasia como un derecho que te asiste, legalmente ya, por fortuna, y a otra cosa, que esto ya dio de sí lo que tenía que dar. Y si a tu lado hay quien piensa que esto no es lo correcto, allá él, tú a lo tuyo.
La vida es corta y cuando la veo con la forma de embudo, y se hace más angosta, me apresuro a no dejar para mañana lo que puedo hace hoy y a quienes me dicen que para qué quiero aprender a toca la lira, o entretenerme en las mil y una cosas que tengo a la puerta esperando, les contesto lo que Sócrates: “Para tocar la lira antes de morir”, y ya sabía que estaba condenado a muerte y que le quedaba un solo día de vida. Y me pongo a la tarea en la que estoy metido de pies y manos sin pensar en el mañana. Y me atengo a mi lema: Carpe diem.
La vida es lo suficiengemente larga como para poder dejar poso, peso y medida, pequeñas lecciones sin pretenderlo, pensando que son lección y provecho para uno mismo, pensar bien y a derecho, sentir con hondura, aprender a usar las buenas y bellas palabras del diccionario, caminar recto sin prisas, pero sin pausa, dar a cada día su afán, que ya es bastante, pero lo más que pueda, sin escaquearme a la hora de pagar, y arrimar el hombro, competir lo menos y compartir lo más, repartir al menos algo, alargar la mano más para dar que para recoger y donar parte de mi tiempo y, por encima de todo, darme.
Y puesto que es corta, está más claro que el agua clara, toma los mejores vinos, siempre que el bolsillo y el estómago te lo permitan, baila suelto, o agarrado, mejor, para los de mi edad, abre la ventana y toma el aire que la vida te regala y lánzate a conquistarla, si no toda, que es mucho para uno solo, lo que te haya tocado en suerte. Y siempre alégrate, porque como escribe, al final de un poema sobre la muerte, la gran Wislawa Szymborska: “Lo ya vivido / no se lo puede llevar”.
https://youtu.be/s1zRtjZi1Bk Rafael Berrio – Simulacro. ¿Y si resultara que me estaba esperando esta canción nada más terminar el artículo de hoy? Profunda la letra y honda la música.

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