domingo, 11 de julio de 2021

YO NO LO ENTIENDO, ¿TÚ, SÍ?

 


1.- Desde los primeros días de la pandemia, la pregunta del millón era si a la salida seríamos mejores o peores. La respuesta al día de hoy, cuando ya hace de aquello año y medio, y seguimos con el virus vivo y bien vivo entre los jóvenes, va siendo que ni lo uno ni lo otro: iguales de estúpidos, a tenor de lo que va ocurriendo al comienzo del verano y todos los fines de semana, aquí y en todas partes.
2.- Leyendo La Odisea en la que estoy metido, era una asignatura pendiente de hace muchos años, no se entiende el odio, como un sarpullido, de alguna gente de este país al “extranjero pobre”. No leen, no han leído a Homero, ni nunca lo leerán, ay: Pues ahí va esta belleza de versos profundos y certeros:
“Escuchad, regidores y jefes del pueblo feacio,
y sabed lo que el alma en el pecho me impulsa a deciros:
este huésped -no sé quién él sea- llegó hasta mi casa
vagabundo e ignoro si vino de pueblos de oriente
o de ocaso; nos pide socorro en su ruta. Veamos
de prestárselo, pues, como siempre lo hicimos con todos,
que ni él ni otro alguno que llegue a mis casas en ellas
quedará en aflicción largo tiempo por falta de ayuda”.
Estas palabras salen de la boca de Alcínoo, rey de los feacios y el extranjero no es otro que Ulises. Cuando entras a fondo en la historia, porque se tarda al principio, es tanta la música y la hondura, que no quisieras abandonar esta inmensa y sin par odisea. No, no leen ni a los clásicos ni a ninguno de los modernos con sensibilidad, piedad y alto humanismo. No se entiende que los judíos traten como lo hacen, a los palestinos, ni algunos de los nuestros traten así a los “menas” y a los extraños, ignorando que nuestros conciudadanos emigraron por miles en épocas no lejanas. Con el odio al otro, de palabra u obra, al diferente, al extranjero... no se va a ninguna parte, bueno sí, al infierno de sí mismo, aunque te creas católico, apostólico y romano.
3.- Quién entiende la paliza brutal y asesinato a manos de una horda de jóvenes enloquecidos y matones de La Coruña. Se llamaba Samuel, tenía 24 años y era auxiliar de enfermería. “Maricón” fue el grito salvaje tras el que acudieron como hienas. El crimen tenía un tinte homófobo, según declaran los acompañantes de la víctima. Justicia, Srs. Magistrados, justicia y orden social, ya.
4.- Yo no entendí nunca el trato inhumano que se propinó a Dolores Vázquez, condenada por el asesinato de Rocío Wanninkhof y liberada cuatro años después por inocente, y sigo sin entender que nadie, parece ser, haya pedido disculpas, ni los que gritaron “asesina, asesina”, ni muchos periodistas que la acorralaron y lincharon.
5.- Salió a la palestra el Ministro de Trabajo, y acaso sin contar con nadie, lo que no está bien, dijo del consumo de la carne lo que todo el mundo viene sosteniendo, desde la OMS, la FAO y la ONU, hasta los nutricionistas y expertos en la materia: “La evidencia científica es muy clara y nos muestra que hay que reducir el consumo de carne”, y se armó: el primero en intervenir, el Presidente del Gobierno, con lo de “A mí donde me pongan un chuletón al punto, eso es imbatible”, mal, muy mal; después el líder de la Oposición criticando el intervencionismo de la izquierda y que lo que tiene que hacer, otra vez, y van muchas, que se vayan todos a casa, fatal. Y se hizo el ruido donde debería aflorar el debate civilizado sobre asuntos de relieve. No lo entiendo, y además me molesta el ruido y la banalidad con mezcla de estupidez.
https://youtu.be/Ys8ReXj1Ygw The Song Of The Ocarina - Raimy Salazar & Carlos Salazar.

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