jueves, 15 de julio de 2021

UN PREGÓN PARA ENMARCAR

 



Anunciados con el inconfundible cornetín servía lo mismo para un bando del Ayuntamiento que para anunciar la llegada del pescadero, el veterinario o las comedias. En cada pueblo solía haber un pregonero. Tengo en la carpeta un artículo desde hace acaso más de 5 o 6 años sobre un artículo precioso de Lorca, que nos tiene en vilo esperando el contenido del pregón, va de pregones, pero nos quedamos con las ganas de saberlo, no nos lo dice. Y hablando de pregones me ha caído uno interesantísimo y muy sugerente, tomado del libro Humano más humano, de un pregonero italiano famoso de la región del Véneto, de finales del XIX, que también trabajaba como hortelano y al caer de la tarde solía leer libros de poesía y filosofía. Este último dato importa.
Sus pregones eran muy peculiares y casi nunca terminaban de entenderse del todo, pero quién sabe si justamente este era el motivo por el cual los vecinos tanto los esperaban. Sin extenderse demasiado añadía, a lo que le habían encargado que difundiera, otras cosas de su cosecha. Este fue uno de ellos, dicho con frases cortas, separadas por largas pausas y repitiendo algunas partes, como era costumbre:
Pregón filosófico de la mañana, y decía así:
Nada era necesario - nada debido - ni tú, ni cielo - ni yo, ni mundo - ni día, ni noche - pero despuntó el alba - y un día, tiempo después - el sereno cantó las seis - el farolero apagó las luces – y, a media mañana, el pregonero hizo saber – que la vida tiene forma de arco – como la bóveda del cielo azul – con una sábana y un nombre – una niña ha venido al mundo – cada día, sobre la tierra plana – se alzan cabañas con maderas de entoldado – y se curva la línea de las palabras – para bendecir el gusto de cada cosa – y consolar el dolor de cada mirada – nada era debido – ni tú, ni cielo – ni yo, ni mundo – ni día, ni noche.
Prestad atención a la importancia que tienen en el texto tres palabas: “Nada”, “pero” y “nada”, que son fundamentales para entenderlo a fondo, si no, nos vamos como hemos venido. Porque ahí está la esencia del novísimo y sugerente pregón:
“Nada” era necesario, nada debido, todo pura contingencia, pura chiripa: ni tú, ni cielo, ni yo, ni mundo..., así que no te encampanes, no alardees de más, no intentes añadir un codo a tu estatura, que es en balde. Fuiste nada y nada serás.
“Pero”..., despuntó el alba y nos vinimos arriba, nunca mejor dicho: los trabajadores del día y de la noche se fueron a casa a descansar y a media mañana, o antes mejor, todo el mundo a sus puestos, un niño naciendo, la niña con su mochila llena de libros, las casas oliendo a café recién hecho, las palabras corriendo de mano en mano, dando los buenos días, las noticias rivalizando para dar la mejor nota positiva del día, las palabras: consolando, aliviando, bendiciendo, alentando... Ya, pero estando en esas, vuelve el hábil pregonero, maestro en saberes, a colocarnos en el sitio asignado, así son las cosas, qué le vamos a hacer:
“Nada” era necesario, nada debido, todo pura contingencia, puro azar: ni tú, ni cielo, ni yo, ni mundo, ni día, ni noche. Insisto: todo pura contingencia, puro azar: poco menos que nada, y al final nada: polvo, ceniza y humo, si acaso, así que no te vengas arriba, que ni eres el rey del mambo, ni dueño de imperios, tierras y paraísos fiscales y de los otros, te repito, si intentas añadir un codo a tu estatura, no haces más que el ridículo, pobre tonto, pobre diablo.
Si bien, para no desesperar y llegar a convertirnos en vinagre, con cara de lo mismo, quedemos un rato con el párrafo del “pero”, que tiene su miga y su canto, lo más sabroso y fascinante de lo que es la vida. ¡Ahí es nada!
hhttps://youtu.be/fazAaGpFzII Rondeña de Alcázar La Camerata Cervantina. Hay versiones con bonito baile de parejas.

No hay comentarios: