domingo, 9 de mayo de 2021

MÁS VALE LO MALO CONOCIDO...

 


Más vale lo malo conocido..., no quisiera seguir, porque el refrán completo nos da de bruces con lo mostrenco y zafio y el corte mezquino de toda esperanza, y no hay derecho por ello a pronunciarlo sin ton ni son y menos en momentos importantes en los que sería del todo necesario abundar en argumentos de peso y palabras sabias. No tuvo el mejor día la presidenta de Nuevas Generaciones del PP del País Vasco, Beatriz Fanjul, al pronunciar ese refrán opaco refiriéndose a Isabel Díaz Ayuso, queriéndole lanzar un piropo. Porque lo malo, si es malo, no vale, o vale muy poco, o debe ser sustituido por otro mejor. Porque es cerrar toda puerta a la esperanza si creemos o ponemos en duda que lo bueno por conocer, vete a saber cómo será, y que por ello es mejor quedarse con lo malo, señor, señor, qué dolor a mis castos oídos, lo de castos por limpios y amantes de las buenas melodías. Porque si es bueno, es bueno aquí y en Pernambuco, y aunque no lo conozcamos, si es bueno, que venga cuanto antes.
Ay, los refranes, que tanta verdad y sabiduría encierran, algunos, pero cuánta estrechez, ignorancia supina, corte de miras y hasta bazofia llevan muchos. Ya nos avisó Cervantes, quien tantos usa en El Quijote, como buen conocedor del idioma y de la sabiduría popular: “Los refranes son sentencias breves, sacadas de la experiencia y especulación de nuestros antiguos sabios; y el refrán, que no viene a propósito antes es disparate que sentencia”, pues eso, y para ejemplo sirva este que estoy comentando y del que reniego como disparate y mostrenco, insisto.
La comodidad en el pensar nos crea malas jugadas y así vamos repitiendo generación tras generación un pensamiento tan nefasto, como otros muchos, sin poner reparo alguno, hasta que te detienes, como en todos los lugares comunes al uso, y tratas de renovar el aire de la mente para afinar más y poner las cosas en su sitio, por mucho que se repita y repita y repita hasta la saciedad…
En su día me dediqué a trajinar con los refranes y escribí sobre catorce de ellos, sacándoles las tripas y arrojándolas al basurero, espoleado por el deslumbrante refrán nuevo de Juan Ramón Jiménez que destrozó el viejo de esta manera tan bella como original: “Más vale un pájaro volando que ciento en la mano”.
Y nos cambió el paso, hizo añicos el viejo refrán, y cómo se lo agradecemos. Y así ya no nos olvidamos de que el pájaro nació para volar, surcar los cielos, hacer cabriolas entre las ramas de los árboles... y cantar. Y que uno, solo uno, volando, vale más que ciento en la mano. Porque no solo de pan vive el hombre.
Y así el hombre la mujer lo son en tanto que arriesgan su vida para hacer de ella una obra de arte: lo que han ido ideando, maquinando, diseñando y ansiando, desde la libertad del siempre más difícil todavía.
Y que la vida es incertidumbre y mucha improvisación, perplejidad y asombro ante lo nuevo, lo nunca visto, lo que está por debajo de la epidermis y la superficie de las cosas y pasión y gozo y alguna locura que llevarse a la boca.
Y que los sueños son la antesala, lo que antecede a las cosas grandes y hermosas y, que sin ellos, es difícil y hasta impensable que éstas existan.
¿Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer? Anda ya, y déjame soñar y esperar que las cosas mediocres, vanas y malas puedan ser cambiadas por esas otras que están por venir y que el propio refrán lo llama bueno. ¿Entonces? Gracias, por entenderlo. Pues no lo repitamos ya más, por favor.
https://youtu.be/yDv0WSgXJVg "Senorita Zindagi Na Milegi Dobara A ver qué te parece esto.

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