viernes, 11 de septiembre de 2015

FELIZ VIERNES Y FELIZ LUNES



Tengo algunas muy buenas amigas que celebran desde el lunes la llegada del viernes con una euforia inenarrable, que admiro y celebro. Porque el viernes tiene, como Sevilla, un color especial. Desde aquí les digo: enhorabuena, dejadme unirme a vuestra emocionante espera porque, pase lo que pase el viernes, considero esa actitud anhelante envidiable.
Pero me gustaría que os unierais a mi otra visión no menos apasionante de ver el lunes como el comienzo de un gran día y de una semana ahíta de sorpresas si nos ponemos con las manos activas en la masa donde se cuece todo lo posible y tan fecundo.
Feliz viernes, amigas y amigos, y desde el lunes, ¿por qué no?
Y feliz lunes, porque sí, porque queremos cambiar la monotonía de los días grises y gravosos y, aunque llueva a mares y truene rompiendo los tímpanos, el trabajo se ponga hacia arriba y el ocio no invite a la creatividad, intentamos mejorar este áspero y entrañable mundo ya que no tenemos otro más a mano. Y eso se hace día a día de lunes a viernes, sin olvidar el sábado y el domingo.

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