martes, 8 de septiembre de 2015

EL PLACER DE LA ACCIÓN



Michael Craig-Martin, pintor irlandés, ha escrito un libro que es en parte memorias y en parte guía de instrucciones para comportarse como artista, y como yo estoy convencido de que todos tenemos algo de artistas y de poetas, de locos se dijo de siempre, no nos vendrá mal apuntalar uno de sus consejos:
“No intentes ser demasiado inventivo. Cuanto más te refleje a ti mismo tu arte, más le hablará a los demás. Si no estás seguro de lo que debes hacer, haz simplemente lo que te venga a la cabeza o te despierte la imaginación. Gradualmente, te llevará adonde debes estar. Hacer arte es un trayecto, no un destino. Lo fundamental para hacer arte es el placer de hacer. Cuando te gusta lo que haces, no hay esfuerzo demasiado grande ni tiempo demasiado largo”.
No se puede pasar por este párrafo sin detenerse y sin sacarle las tripas para escudriñarlo por fuera y por dentro, para deletreándolo llevarle a tu huerto. Lo contrario es profanar los textos, sobre todo cuando son de esta categoría. Eso voy a intentar, estoy ya en ello y se lo llevaré a mi gente del taller de escritura que, estoy seguro, les va a gustar. Vamos allá:
NO INTENTES SER DEMASIADO INVENTIVO, porque cuando actuamos así, nos colocamos demasiado alto, pretendiendo ser los primeros, los que roban todos los aplausos del público y ganarnos todos los méritos y uno más. Escribo esto cuando está caliente aún el cadáver de unos los más grandes novelistas de este siglo, Rafael Chirbes, ejemplo de buen artista, “un hombre decente” han dicho quienes lo conocían, trabajador solitario, lejos de los focos de la noticia y la fama y, a la par que decía no inventarse nada, dio en el clavo como los mejores, regalándonos la crónica lúcida, feroz y necesaria de estos años de intemperie, indecencia y cacareo.
CUANTO MÁS TE REFLEJE A TI MISMO TU ARTE, MÁS LE HABLARÁ A LOS DEMÁS, claro está, todos somos espejo en donde los demás se miran y se ven a sí mismos. Somos una gota de agua en el océano, igual que las demás, tosemos, lloramos, andamos a dos patas, seguimos teniendo miedo, somos impresentables a menudo, aunque no lo reconozcamos y vayamos pregonando que no necesitamos lecciones de los del bando de enfrente. Si lo que haces lo haces desde dentro de ti, seguro que les interesa a los demás, porque se verán reflejados.
SI NO ESTÁS SEGURO DE LO QUE DEBES HACER, HAZ SIMPLEMENTE LO QUE TE VENGA A LA CABEZA O TE DESPIERTE LA IMAGINACIÓN, es mi consejo que aprendí de alguien, lógicamente, cuando nos enfrentamos a la página en blanco: dejar volar al bolígrafo, o a los dedos, desde la fuerza de la imaginación, y escribir lo primero que te venga, porque ya verás cómo enseguida se van uniendo como en un rosario nuevas palabras, ideas en las que nunca habías pensado y un relato al final que apenas intuías.
GRADUALMENTE, TE LLEVARÁ ADONDE DEBES ESTAR, es decir, caminando, creando, desde lo más hondo de tu ser en activo, que puede ser una vasija de barro, una tarta, una muñeca de trapo, un escrito... o cualquier cosa que sale de tu mente y tus manos cuando te pones a ello.
HACER ARTE ES UN TRAYECTO, NO UN DESTINO, ya lo he dejado dicho, hasta yo mismo unas líneas más arriba, porque no importa tanto llegar como hacer el camino, y demorarse en él, siempre estamos obligados a citar a Cavafis, y su bellísimo poema: VIAJE A ÍTACA.
CUANDO TE GUSTA LO QUE HACES, NO HAY ESFUERZO DEMASIADO GRANDE NI TIEMPO DEMASIADO LARGO, estoy leyendo y releyendo estos días el libro de poesía, MIENTRAS CANTA BILLIE HOLIDAY, del amigo Luis Alonso, y no me imagino que, aunque le cueste sudar tinta, no disfrute cuando trata de sacar lo mejor de sí y estremecerse de gusto cuando le sale un verso que detiene el aliento, por ejemplo: “Y EN SUS CADERAS, CIERTAMENTE, NO SE PONÍA EL SOL”, aunque, al final, se ría por dentro, ya que es hombre de risas, dudando de si es o no es un verso tan redondo.
Te dejo a solas con el párrafo del pintor irlandés y tus reflexiones personalísimas.

No hay comentarios: