sábado, 22 de agosto de 2015

¿ES MUCHO PEDIR?



¿Es mucho pedir que en las valoraciones, hechas a lo largo de la legislatura, algún ministro, al menos alguno, tuviera algún sobresaliente, al menos alguno?
¿Es mucho pedir a los padres, cuando llevan a sus hijos a restaurantes y otros lugares públicos a sus hijos pequeños, que se comporten con elemental educación, sin molestar a los vecinos de mesa?
¿Es mucho pedir a los hombres que abusan, maltratan y matan que comiencen por ellos mismos?
¿Es mucho pedir a los políticos jóvenes, que sean jóvenes de verdad y no la voz de su amo, ni la sombra de sus bisabuelos que debieron ganar muchas batallas desde relucientes sillones de cuero?
¿Es mucho pedir a los tertulianos que solo hablen de lo que saben y se callen cuando desconocen el resto y que los malos-malos (que los hay) aprendan de los buenos-buenos (algunos hay y muy buenos tertulianos)?
¿Es mucho pedir a los pirómanos que, antes de quemar el bosque o cuanto pillan, empiecen por ellos mismos o por sus propiedades?
¿Es mucho pedir a los políticos, en general, siempre hay honrosas excepciones, que preparen los discursos y no se conformen con hablar sin decir nada o solo lugares comunes, frases hechas y citas que no vienen al caso para dárselas de cultos?
¿Es mucho pedir a los corruptos de todo pelaje y condición que dejen de robar, porque ya estamos hartos de que nos robe todo dios y de que nadie nos suelte aquello de tan poco fuste de si no haríamos nosotros lo mismo de estar en su lugar?
¿Es mucho pedir a nosotros mismos, para qué mirar a la luna, que cuando hablamos de los otros no repitamos siempre la misma historia, la misma crítica, idénticos lugares comunes ya pisoteados una y mil docenas de veces, y en lugar de hablar mal, hablemos bien?
¿Es mucho pedir que mi huerto dé algunos tomates decentes, cuando los amigos que me regalan las plantas los tienen en abundancia y envidiables de hermosos por lo enormes, y a la vez, sabrosísimos?
¿Es mucho pedir que los comentarios de las Redes sean decentes, sin necesidad de insultar a diestra y siniestra a cuantos se mueven en dirección contraria, aunque te quedes con las ganas?
Sí, quizá sea mucho pedir, pero no puedo por menos de preguntármelo.

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