viernes, 19 de junio de 2015

... Y VEN CONMIGO A BUSCARLA...


Sí, ...Y VEN CONMIGO A BUSCARLA..., no seré yo quien ponga la última palabra, y espero que tú tampoco. Una nueva serie, un poco A LA CONTRA, no por llevar la contraria a todo cuanto se mueve, que no es mi estilo, ni por el gusto de ser mosca cojonera, que me va menos, sino por potenciar, en mí y en cuantos tengan a bien leerme, el pensamiento divergente, que tiene más alicientes para ser creativos y para que el raciocinio pueda volar más alto que con el pensamiento convergente, más afín con el discurso lineal, la obediencia ciega, la falta de juicio propio y pensar siempre como muchos nos educaron y enseñaron sin poder añadir una tilde.
En esto, como en tantas otras cuestiones, sigo al poeta y maestro Antonio Machado. Tanto es así que he puesto como santo y seña uno de estos versos en mi blog (desde hace dos años, porque anteriormente llevaba el título de Diario de un jubilado impaciente):
¿Tú verdad? no, la verdad;
y ven conmigo a buscarla.
La tuya guárdatela.
Y sólo así nacerán nuevas verdades, hermosamente trabajadas entre tú y yo y entre muchos más que los dos.
Basta de sabios infalibles y verdades inmutables, de santos intocables y escritores indiscutibles, más bien hijos de la Ilustración, libres como el viento, hijos de la libertad y a la vez de la tolerancia. Nada como entrar en la plaza a pecho descubierto y el debate libre, con tu verdad a cuestas y la mía a la espalda, buscadores de utopías y nuevas verdades, amantes de lo nuevo y respetuosos de lo ajeno y hasta de lo nuestro, porque ambos se merecen un respeto, una consideración y una mirada nada displicente y más bien cálida, pero dispuestos a la crítica de toda cuanta idea se mueva en el aire.
Sensibles a todo viento, como quería el poeta, y abiertos a todos los pueblos, culturas, caminos y atajos y a toda verdad que venga de donde venga y si no es verdad para debatirla hasta el último amanecer.
Y para que el lector sepa por dónde van a ir los tiros, siempre apaciguadores, adelantaré a modo de titulares:
No siempre es verdad que los amigos de mis amigos sean amigos míos, porque quedaría en exceso descafeinada la amistad.
¿Por qué nos da a todos por acudir a los adjetivos de moda, facilones y empobrecedores como espectacular, genial... y similares por las cuestiones y resultados más baladíes?
Somos el pasado, el presente y el futuro. Y digo yo: ¿por qué nos empeñamos en quedarnos con solo una parte sin movernos de sitio y sin enriquecer nuestra propia biografía?
¿Cómo pudo irse tan pronto todo al traste, si vio Dios que todo era bueno?
Desmontaremos algunos refranes tan bárbaros como el de la letra con sangre entra, tan brutal como desacertado, o aquél que dice: dime con quién andas... y ya nos creemos que lo sabemos todo del interfecto.
¿O son todos los vinos iguales: potentes, estructurados, con todos los sabores y uno más de las mil frutas del bosque?
¿Y de verdad, de verdad, que se han perdido todos los valores? Ay, ay, ay.
Yo también estoy a favor la vida... La política entre el desastre y la ilusión...El lenguaje de la casa y de las cosas, porque ambas tienen un lenguaje propio...
Etc. etc. etc. porque para empezar creo que está bien. Lo demás vendrá por añadidura. Gracias por estar ahí, la casa sigue encendida y abierta.
Atentos...

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